Consejos para ir en bici en verano

Puesta de sol en la playa con bicis
Las bicis son para el verano, y para cualquier otra época del año si hay ganas de pedalear. Pero no cabe duda de que el calor puede convertir la bici en un ejercicio un tanto fastidioso, entre otros inconvenientes prácticos.

Por suerte, para estos problemas hay soluciones efectivas, y en este post te vamos a dar algunas que pueden serte muy útiles. Entre otros, te ayudaremos a combatir el sudor, el olor aparejado a éste, el riesgo de deshidratarse, de coger una insolación…

Algunos consejos prácticos

La transpiración es un problema importante cuando hace mucho calor o, por ejemplo, si el trayecto es especialmente largo, pero también cuando llevamos ropa poco adecuada. En este aspecto, será clave llevar vestimenta cómoda, optar por ropa de materiales naturales como el algodón o, en caso de necesitarlo, de fibras técnicas especiales para personas que practican deporte.

Por lo general, elijamos ropa transpirable, aprovechando que no es importante llevar chaquetas impermeables ni otros materiales resistentes frente al viento, como ocurre en invierno. Eso sí, por caluroso que nos resulte no prescindamos del casco pues, simple y llanamente, puede salvarnos la vida en caso de accidente.

Tengamos en cuenta que los cascos caros suelen ser especialmente ligeros y seguros, con lo que es interesante hacer una pequeña inversión. Si además los elegimos bien ventilados será de gran ayuda para su uso en las estaciones más calurosas.

Por su parte, el uso del casco en verano nos ayuda a proteger la cabeza frente a un posible golpe de calor. En su defecto, no olvidemos una gorra o un pañuelo sobre la cabeza, aprovechándolo también para recogernos el pelo, si lo tenemos largo, y así evitar que nos moleste para conducir.

Pedaleando
Si podemos elegir la hora del paseo, éste será mucho más «fresco» por la mañana o a última hora de la tarde, obviamente. Es decir, en la medida de lo posible, evitemos las horas centrales del día, de 12 a 16 horas.

El mismo ejercicio que realizamos, junto con el calor, se traduce en una necesidad de beber más. Es importante beber antes, durante y después del ejercicio, ya sea agua o, aún mejor, una bebida isotónica. Incluso un buen vaso de leche al finalizar puede ayudarnos de forma similar a ésta, según concluyeron investigadores de la Universidad McMaster, en Ontario, Canada.

Las típicas botellitas que se llevan en la bicicleta pueden ser de gran ayuda, teniendo en cuenta que no hay que esperar a tener sed para beber y que el estómago no puede absorber más de 75 cl cada hora, con lo que lo suyo es mantenerse hidratado bebiendo de forma regular.

A la hora de beber, si el calor aprieta esparzamos agua en el cuello y en la cabeza. Y, cómo no, si notamos que estamos sufriendo un golpe de calor, vamos a la sombra, aflojemos la ropa o incluso quitémonos la camisa y rociémonos con agua hasta que la temperatura baje.

Cuando la bicicleta es cosa del verano, es fácil sentirnos incómodos con el sillín. Al margen de que haya sillines más o menos cómodos, lo cierto es que tras unas semanas el cuerpo se acostumbra. Por el contrario, si no tenemos ese tiempo, cuidemos ese aspecto y hagámonos con un sillín especialmente confortable.

Hablando de comodidad, no podíamos dejar de mencionar las bicicletas eléctricas, ideales para sudar menos y convertir el trayecto en bici en un auténtico paseo. Con la desventaja de su alto precio, si bien puede convenir a personas mayores. Y, por supuesto, con la gran ventaja de que podemos servirnos de ella de forma selectiva, aunque yendo a una baja velocidad ir en bici no debería representar más esfuerzo que caminar.

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