Consejos prácticos para que tu ropa sea más ecológica

Tendedero con ropa
La ropa que no es ecológica, es decir, aquellas prendas convencionales, que no llevan el sello ecológico, puede ser más sostenible si ponemos de nuestra parte a la hora de cuidarlas, de hacerlas durar y de lavarlas siguiendo algunos sencillos consejos.

En este post daremos un breve repaso a ese tipo de gestos cotidianos que, a la larga, acaban haciendo la diferencia. Hacerlo en plan masivo, es decir, a nivel de sociedad, logrará cambiar las cosas de un modo espectacular. Por lo pronto, hacer cada uno la parte que le corresponde es aportar ese granito de arena necesario para hacer granero.

Hacer durar, reciclar y reutilizar

Son muchas las cosas que podemos hacer, en efecto, para que nuestra ropa tenga un menor impacto ambiental. Entre otras, y quizá la más importante, es continuar usando ropa de otras temporadas. Es decir, cuanto más tiempo utilicemos la ropa, cuantos menos cambios de armario hagamos a lo largo del año, a ser posible ninguno, mejor estaremos comportándonos con el medio ambiente.

Algunas prendas han de reponerse, qué duda cabe, y llevar alguna que otra prenda nueva de vez en cuando es para muchos una imperiosa necesidad. Por lo tanto, en función de cómo seamos, de nuestro estilo de vida y de nuestra capacidad para ser espartanos, podemos aplicar esta regla de oro con mayor o menor rigidez. En todo caso, cualquier mejora puede considerarse un gesto eco-amigable.

Tengamos en cuenta que llevar ropa vieja no significa ir vestidos siempre igual. El reciclaje creativo puede ser nuestra tabla de salvación en este sentido, y también ayudarnos a ahorrar un buen pico.

El reciclaje de ropa incluye reutilizarla. Ello significa tanto regalarla como modificarla para convertirla en otra cosa (una camiseta en un fular, unos retales en unos adornos para un vaquero o una chaqueta, etc.) o, por ejemplo, venderla a tiendas de segunda mano o entregarla a asociaciones que vayan a darle uso, huyendo de los famosos contenedores, en realidad un negocio que tiene poco que ver con el reciclaje solidario.

O, por qué no, convirtamos la ropa en retales y guardémoslos para usos domésticos (trapos del polvo, etc.) o para hacer patchwork. En realidad, no es necesario dominar la aguja, pues hay infinitos proyectos sencillos muy resultones para dar una nueva vida a los retales de tela.

Lavadora con carga

Una colada sostenible

La hora de lavar la ropa es clave. De lavar y de no lavar, más concretamente. Por un lado, es evidente que la higiene es importante, pero muchas veces lavamos prendas que en realidad no lo necesitan, o lo hacemos demasiado a menudo.

Cargar el tambor lo suficiente y prescindir de la secadora siempre que se pueda son consejos claros y universales, que podemos completar con otros más específicos, como la ventaja ecológica que supone el uso de detergentes y suavizantes ecológicos. Incluso podemos hacerlos nosotros en casa, pues hay que reconocer que comprarlos sale por un pico, aunque también es cierto que cada vez es más fácil encontrarlos en los supermercados, sin tener que recurrir a establecimientos especializados.

No laves los vaqueros

Salvo lógicas excepciones, los vaqueros no necesitan pasar por la lavadora, ni siquiera pasar por agua. Hacerlo así, es decir, airearlos de vez en cuando, será suficiente para mantenerlos en perfecto estado.

Teniendo en cuenta que producir vaqueros tiene un alto costo ambiental, lo suyo es intentar compensar la brutal huella de carbono y el gasto de agua que supone fabricarlos haciéndolos durar al máximo y lavándolos lo menos posible.

Si, además, está comprobado que no es necesario hacerlo para mantenerlos limpios, y que nos quedará mejor así, aprovechemos la idea para nuestra comodidad y el cuidado del planeta. Eso sí, tampoco abusemos de pantalones vaqueros, pues son una prenda que supone un atentado ambiental.

Reciclaje, Ropa ecológica,
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