Decorar el jardín con piedras de río

Las piedras de río pueden ser asombrosamente parecidas o todo lo contrario. Dependiendo del lugar donde las encontremos hallaremos desde cantos rodados hasta las típicas piedras irregulares de distinta composición, color y belleza.

¿Pero, acaso las piedras comunes son bonitas? Por supuesto, si a ti te lo parecen no hay duda de que lo son, tu sensación es lo que importa, realmente, y de hecho su potencial decorativo no ha pasado desapercibido a nivel comercial y son muchas las empresas de materiales de construcción que las comercializan con gran éxito.

Además, las piedras naturales de cierto tamaño o la suma de varias de ellas medianas o pequeñas son un refugio para insectos y reptiles, por lo que además de decorar ayudan a que tu jardín sea rico en biodiversidad. Por otra parte, colocadas en pequeños estanques o junto a ellos también ayudan a crear un hábitat natural para peces, reptiles que hacen vida acuática o a los anfibios.

Piedras naturales

Sin necesidad de pintarlas ni de tratarlas, este tipo de piedras son perfectas como base para colocar alguna figura u otro elemento decorativo, como puede verse en la siguiente imagen. Al tiempo, sobre todo las rocosas permiten formar pequeños montículos o cubrir las paredes de tierra de desniveles con algunas de las más grandes.

A menudo se utilizan las planas para adornar bordes en una piscina, un camino o en una barandilla hecha de obra, normalmente eligiendo piedras de dimensiones similares. Incluso podemos colocarlas de forma divertida en paredes antes de que el cemento se seque.

En caso de necesitar numerosas piedras, deberíamos optar por comprar aquello que precisemos, desde cantos rodados de colores hasta gravas decorativas y rocalla, siempre informándonos sobre su procedencia para evitar una huella de carbono excesiva por el transporte o agresiones ambientales en determinados enclaves.