El trueque, otra forma de reciclar

Trueque y reciclaje
Si entendemos el reciclaje como una actividad que permite volver a dar utilidad a algo inservible, que no gusta o que ya no se usa, permitiendo su reutilización, el trueque puede considerarse una interesante forma de reciclar. Sin embargo, no se trata de un concepto moderno, sino todo lo contrario: presumiblemente, el trueque es una práctica tan antigua como el ser humano, y de hecho se tienen pruebas de su existencia desde el neolítico, por lo que como mínimo tiene unos 10.000 años.

Como práctica comunitaria, se relaciona con el surgimiento de las primeras sociedades agrícolas y ganaderas y se considera como elemento propio de una etapa primitiva de organización social y económica, si bien actualmente hay quienes propugnan una vuelta atrás como modo de avance social hacia una nuevo modelo económico más respetuoso con el individuo y también con la naturaleza.

Como aspectos positivos, el trueque como modo de intercambio de bienes y servicios permite optimizar recursos y reutilizar objetos que de otro modo serían desechos, por lo que puede considerarse una forma de reciclaje o de reutilización. De hecho, sin llegar a ser un modelo social, actualmente el trueque ha cobrado un fuerte impulso como modo alternativo a la compra.

Los grupos de trueque

La idea básica es sencilla: conserva lo que tenga utilidad, no lo tires y hazlo servir en un intercambio. Es decir, cambia tus desechos por productos útiles y al tiempo los convertirás también en objetos aprovechables por otras personas interesadas en ellos.

Por ejemplo, se pueden intercambiar objetos viejos por alimentos o servicios de todo tipo por otros servicios o por cualquier otra cosa, siempre que haya acuerdo y se actúe dentro de la legalidad, de forma espontánea (con amigos, conocidos o publicando un anuncio en internet) o dentro de grupos o mercados del trueque, creados expresamente para este tipo de intercambios.

Trueque de libros
Un grupo o mercado del trueque puede operar online o de forma física, indistintamente. En cualquier caso, consiste en un lugar virtual o real, tipo mercadito o de reunión de personas que quedan de forma explícita para intercambiar cosas materiales e inmateriales, sin mediar dinero. Así, indirectamente se busca y se consigue reciclar objetos que fácilmente se hubieran convertido en residuos, e incluso existen iniciativas que ofrecen puntos a cambio de productos de desecho para luego poderse canjear por otros objetos en el mismo o en otro lugar.

Una nueva economía verde

Muchos partidarios del trueque entienden el intercambio dentro de un contexto más amplio que el simple toma y daca. Abogan por una nueva economía verde, que prime el bienestar y en la que, lógicamente, el dinero no sea lo más importante, hasta el punto de que ni siquiera exista. Se trata de un concepto o cosmovisión radicalmente distinta a la que prima actualmente, que abomina del capitalismo salvaje, siempre insaciable y nada ético a nivel social y medioambiental.

Desarrollar la economía local implicaría, entre otras cosas, aprovechar las nuevas tecnologías para promocionar la producción local a nivel mundial en pro de un intercambio beneficioso que ayudasea a una sociedad más equitativa y próspera. Se caminaría, en suma hacia un nuevo sistema monetario, en el que tendrían un importante protagonismo los bancos de tiempo que permiten el intercambio de servicios, objetos o conocimientos.

De modo experimental, hay pequeñas comunidades en las que se vuelve al trueque para fomentar una sociedad más justa y feliz, en la que lo importante es el intercambio de objetos y de tiempo para el logro de un mayor bienestar. No se busca el crecimiento por el crecimiento. Lo importante no es tener, es ser, respetar y disfrutar el mayor número posible de gente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *