Guerra al plástico: supermercado ecológico ‘embalaje cero’

«No hay mejor desprecio que no hacer aprecio», dice la famosa frase para indicar que la indiferencia puede ser más efectiva que cualquier estrategia de confrontación. Yendo a la raíz del problema, y haciendo suya esta máxima, un nuevo supermercado alemán abre sus puertas apostando por un concepto novedoso, que ofrece la mercancía prescindiendo por completo del packaging. Resultado: menos contaminación y productos ecológicos a mejor precio. ¿Se puede pedir más?

Antes de inaugurarse tuvo una gran aceptación y respaldo económico, pues recibió un apoyo masivo como proyecto de crowfunding. Llegó a recaudar más del doble del dinero necesario para ponerlo en marcha. Ahora, además de aspirar a ser revolucionario, un ejemplo como opción eco-amigable, busca la viabilidad económica, y precisamente por ello se cuida hasta el más mínimo detalle.

Original Unverpackt, nombre de este insólito súper berlinés, declara la guerra al plástico y al packaging prescindiendo de él a través de un sistema de venta que no requiere el uso de envases desechables. Funciona así: llevas tus propios recipientes o los compras en la tienda, se pesan previamente y te sirves a través de los dispensadores para finalmente pagar en caja restando el peso de los envases.

Pensando en todo, incluso la etiqueta está diseñada ser reutilizada durante un tiempo y así evitar el pesado unas cuantas veces. Además de los productos a granell, la tienda dispone de una sección de productos envasados que utiliza el vidrio.

Y, otro punto a su favor: la política de precios, transparente al máximo, tanto que podría considerarse dentro del circuito del comercio justo. En los precios figura el porcentaje que recibe el proveedor, los salarios del personal y demás implicados en la cadena de distribución como modo de demostrar que son compras éticas y sostenibles.

Productos orgánicos más baratos

«La idea original de eliminar el embalaje era hacer la comida orgánica más barata para las personas con ingresos bajos» para hacerla más accesible a personas de bajo nivel adquisitivo y en general al consumidor que es reacio a pagar más por un producto ecológico. Sus creadoras, Milena Glimbovski y Sara Wolf, buscan tener el suficiente éxito como para convertir la idea en una cadena de supermercados que adopten la forma de franquicia social capaz de adaptarse a los gustos y nivel adquisitivo de cada una de las zonas.

Primar los productos locales también permite abaratar precios, pues se ahorra en transporte, así como en emisiones de gases de efecto invernadero, al tiempo que se promociona la economía sostenible de la localidad. De hecho, muchos de sus productos provienen de la misma región donde se venden y en todos los casos están libres de embalaje.

Un consumidor ético

No es nueva la idea de que el packaging satisface deseos de consumo innecesarios que suponen un grave problema ambiental. De hecho, hay algunas iniciativas similares, como el intento fallido de una tienda de productos a granell abierto en Londres que finalmente se reconvirtió en restaurante, y alguna que otra tienda similar como A Granel, en Barcelona. Mirando atrás, la idea se inspira en lo que antes era un mercado, al que acudías con tu cesta de enea o de tela o también con el típico carrito para trasladar tus compras, sin packaging que valiese.

En este caso, la novedad puede estar en la procedencia orgánica de casi todos sus productos (el 80 por ciento), así como en el intento mismo de abaratar los precios de los alimentos ecológicos y de otros artículos domésticos de droguería o cosmética. No se trata sólo de ahorrar dinero sino de evitar el despilfarro de recursos naturales para satisfacer a un consumidor más concienciado. «Este proyecto es el principio del fin del embalaje. Queremos cambiar las cosas para siempre. «, dicen Milena y Sara. Ojalá no se equivoquen.