Hazlo tú mismo (DIY): Dentífrico casero ecológico

Hay un sinfín de formas de hacer pasta de dientes casera con ingredientes bio. En este post vamos a dar una receta general, fácil de hacer mezclando ingredientes de uso general, fáciles de encontrar en cualquier tienda, establecimiento ecológico o en la misma alhacena de nuestra casa.

Seguiremos una formulación muy básica, y el paso a paso es realmente sencillo, con la intención de que a partir de esta recea sea fácil ir variando proporciones o añadiendo ingredientes hasta encontrar esa pasta de dientes que te guste. O, por ejemplo, puedes empezar a hacer variantes para no aburrirte o para adaptarlas a distintas necesidades, como encías inflamadas o dientes sensibles. Incluso es posible añadir ingredientes naturales para un efecto blanqueador.

¿Qué ingredientes necesito?

Los ingredientes que vamos a utilizar son de uso común, por lo que teniendo en cuenta que el dentífrico no se ingiere, en principio no debería haber problemas. Únicamente deberíamos tener en cuenta posibles reacciones alérgicas a los extractos o aceites esenciales vegetales (aun siendo orgánicos pueden provocarlas), pues el resto de los elementos tan básicos como el bicarbonato de sodio, la sal marina o el agua.

Con media taza de bicarbonato de sodio, media cucharadita de sal y una cucharada de extractos vegetales bio de menta o del sabor que deseemos conseguiremos suficiente como para varias semanas, aproximadamente el equivalente a un tubo de dentífrico estándar.

Sin embargo, el tubo va a ser complicado encontrarlo, y tampoco es necesario. Para conservarla puedes reutilizar cualquier recipiente de cristal y tenerlo cerca del cepillo de dientes para mojarlo con ella y usarla o, si lo prefieres, guardarla en el frigorífico. Ten en cuenta que bastará con el equivalente a un guisante en cada cepillado, no más, por lo que te cundirá mucho.

Tres simples pasos

El primer paso, naturalmente, es conseguir los ingredientes y tenerlos delante, sobre una mesa bien despejada, para empezar a mezclalos. A continuación, añadimos en un bol los ingredientes, es decir, mezclamos el bicarbonato, la sal y la menta, añadiendo agua poco a poco hasta que alcance una consistencia cremosa. ¡Y listo, sin más!

Otra posibilidad es añadir 3 cucharadas de arcilla blanca y añadir distintos aceites esenciales, que añadiremos con cuidado, sin exagerar cantidades para no saturar sabor y aroma. Bastará con dos gotas de cada esencia y combinar con hierbas naturales secas o frescas como la salvia o el tomillo, en cuyo caso habremos de guardarla en la nevera.

El aceite de coco es perfecto para nuestra mezcla, tanto para lograr un ligero efecto blanqueador como para aprovechar sus propiedades antimicrobianas, con lo que mejorará el efecto desinfectante del cepillado. Será beneficioso para la salud de las encías, lengua y boca en general, pues no sólo hemos de cepillar los dientes sino la boca al completo.

Por último, en lugar de dejarnos llevar por nuestra intuición, por el boca a boca o por preferencias sin más al elegir los ingredientes que se añaden al bicarbonato o a la arcilla blanca, -base sobre la que se añaden otros ingredientes como aceites esenciales y demás-, lo interesante es aprender las propiedades de las plantas y vegetales en general.

Desde tiempos remotos, la medicina tradicional ha utilizado las plantas para mejorar problemas de salud (por ejemplo, el tomillo y la salvia tienen propiedades antisépticas, eliminan y previenen el mal aliento, y la menta calma los dolores dentales, ), y pueden ayudarnos a mejorar nuestra salud bucodental con componentes naturales con los que confeccionar un dentífrico casero.

Profundizando más, y asesorándonos bien, de ser necesario consuntándolo con nuestro médico de cabecera o especislista incluso podemos tratar infecciones y/o llagas, etc. aprovechando sus efectos antibióticos naturales, y haciendo incluso enjuagues. Y, lo mejor de todo, hacerlo cuidando el bolsillo, el planeta y nuestra salud.