Jabones naturales

Los jabones fabricados sin componentes sintéticos forman parte de la cosmética natural y biológica, si bien sólo podemos considerar que son realmente naturales cuando sus ingredientes son orgánicos, es decir, proceden de la agricultura ecológica, libre de pesticidas y fertilizantes o, al menos, con un uso mínimo de éstos.

Aunque sus composiciones son distintas, por lo general los jabones naturales estan compuestos de ceras, mantecas y aceites esenciales, extractos de plantas y perfumes naturales, que pueden provocar efectos no deseados en la piel, del mismo modo que podrían ocasionarlos cada uno de sus ingredientes vegetales, pues no por ser naturales son inocuos. Sin embargo, su ausencia de química los hace más saludables, a diferencia de lo que ocurre con la cosmetica tradicional.

Básicamente, los jabones naturales dejan una piel limpia no sólo al eliminar la suciedad sino también al ahorrarnos residuos químicos e irritibilidad. Del mismo modo, los jabones que se utilizan para lavar la ropa o para la limpieza de la casa evitan los fuertes olores y restos químicos de los limpiadores convencionales, al tiempo que nos ayudan a cuidar el planeta por ser biodegradables y no requerir elementos sintéticos en su elaboración.

¿Cómo saber si un jabón es natural?

Sólo porque se incluya la palabra natural en el envase no es suficiente para considerar que un jabón realmente lo sea. Muchos productos que se venden como naturales no lo son en realidad. Al leer detenidamente su etiqueta vemos que se incluyen productos químicos de todo tipo, comúnmente el propylene glycol, perfumes sintéticos, grasas animales, petróleo, sosa cáustica, sodium lauryl sulfate o, por ejemplo, parabenos.

Sin embargo, no es necesario que haya numerosos ingredientes sintéticos, en realidad basta con que haya uno para que el producto no sea natural. Por lo tanto, cuando un jabón lleva uno o dos ingredienes naturales únicamente, pongamos por caso, de ningún modo puede considerarse natural. Es así que conviene fijarse en las etiquetas y exigir el sello ecológico correspondiente para tener garantías mínimas de que se trata de un jabón natural, ya sea para utilizar en la limpieza doméstica como para la higiene personal o con fines cosméticos.

Jabón casero, líquido o en pastilla

Los jabones naturales también podemos hacerlos nosotros mismos. Fabricarlos en casa no permitirá elegir sus ingredientes, ya sea por preferencias personales o por la facilidad de encontrarlos, a ser posible siempre de tipo bio. Así, los jabones artesanales tendrán como base aceites vegetales de avena, romero, té verde, karité, jojoba, centella asiática, ginkgo biloba, bardana, aguacate, manzanilla o, entre otros, muchos, tomillo o borraja.

Para hacer un jabón con forma de pastilla, el principal problema será sustituir la sosa cáustica. Aunque hay ingredientes que cumplen la función de la sosa, lograr consistencia sólida, como las cenizas o la glicerina, no es sencillo lograr buenos resultados prescindiendo de ella. Una solución intermedia, incoporando un mínimo de sosa.

También es posible hacer jabón líquido natural. Aunque hay un sinfín de recetas, es muy habitual hacerlo a partir de una hierba conocida como la jabonera (Saponaria officinalis), fácil de conseguir en primavera y verano. El proceso de fabricación es simple, y puede aplicarse a otras muchas combinaciones de hierbas.

En primer lugar, las lavaremos para eliminar impurezas, y tras colocarlas en un bol de cristal resistente al agua caliente junto con otros ingredientes (50 gramos de raíz de jabonera, una cucharada de hojas de salvia y de romero y de abrótano), verteremos un litro de agua hirviendo sobre ellas. A continuación las taparemos y dejamos reposar alrededor de una hora. Luego, simplemente colamos y obtenemos un jabón líquido biodegradable útil para la higiene personal, incluyendo piel, cabello e incluso para cualquier otro tipo de limpieza.