Salvar el planeta entre todos: ¿te sobra un euro?

Cuidar la Naturaleza
¿Acaso hay una inversión más exitosa que aquella que con un mínimo consigue lo máximo? Que, por ejemplo, con solo invertir un euro en lugar de multiplicar nuestros beneficios lo haga de forma indirecta, superando cualquier expectativa y, ¡oh, milagro!, salvando el planeta.

No es utopía y, aunque podría serlo, tampoco es un sueño, ni de los que vienen cuando pegamos la oreja ni de los que inventamos a golpe de deseo. En este caso, el consumidor, el ciudadano, el usuario, el pequeño inversor, el habitante de este planeta azul cada vez más gris es el gran protagonista de una historia real, el único que puede hacerlo realidad con solo proponérselo.

¿Pero cómo lograrlo, acaso está en nuestra mano conseguir algo así? ¿Es posible salvar el planeta haciendo una ínfima inversión? Tiremos de magín, acudamos a las ventajas que nos brindan los nuevos métodos de financiación, a las enormes posibilidades que abren el crowfounding y otros sistemas de micromecenazgo colectivo.

Un profesor israelí lo ha hecho, y su propuesta es revolucionaria. Uri Shanas, que así se llama este profesor de Biología y Medioambiente de la Universidad Haifa-Oranim, está convencido de que aportando un mínimo de un dólar (simbólicamente, bien podría ser también un euro) por persona puede crearse una asociación internacional capaz de salvar el planeta.

Comprar un trocito del planeta

La insólita iniciativa parte de la creencia de que cualquier persona puede comprar partes del planeta con una rica biodiversidad y en peligro de extinción, con lo que de igual manera podemos salvar esos espacios de sufrir un deterioro inminente que, en muchos casos, ya ha comenzado a producirse.

El proyecto pretende coordinar la iniciativa a través de la mencionada asociación, a través de la cual se gestionarían esas zonas en peligro para garantizar su salvación. Nada nuevo, en realidad, excepto porque el proyecto apunta a las estrellas.

Lo hace diferente su planteamiento, el objetivo marcado, la bendita locura que supone querer salvar el planeta, proponerse no solo adquirir territorios para conservarlos sino sumar esfuerzos de forma masiva para así conseguir resultados planetarios.

Una globalidad que, por otra parte, busca actuar de forma democrática, por encima de cualquier otra consideración que no sea la de salvar el planeta. Eso sí, empieza con los pies sobre el suelo, porque para arrancar el proyecto basta con recaudar 25.000 dólares, un objetivo factible que podría alcanzarse fácilmente.

De no alcanzarse el objetivo, ir dando pequeños pasos también haría una gran diferencia. «Si logramos conservar aunque sea un pequeño porcentaje del mundo que acoge una diversidad inusual de plantas y vida animal en peligro de extinción, podemos interrumpir el actual proceso de extinción de las especies», afirma su impulsor.

¿…y qué hay de los elefantes?

Salvar a los elefantes también tiene un precio. Según ha anunciado recientemente el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) los conflictos con humanos son una de las principales razones por las que los elefantes asiáticos están contra las cuerdas.

La solución a esta pérdida de hábitat que provocan dichos conflictos no es otra que buscarles otro lugar, un entorno tranquilo, donde no haya este tipo de enfrentamientos, que causan víctimas mortales y destrozos en los cultivos.

Elfantes
Lógicamente, hacer las maletas no es barato, y el dinero no abunda. Con el fin de encontrar el capital necesario para culminar esa elefantíaca mudanza, cinco asociaciones internacionales se han unido en un macroproyecto, dentro del cual se ha lanzado una campaña para recaudar 28 millones de euros, con el doble objetivo de preservar 100 corredores para elefantes, en un principio durante los próximos diez años.

Elephant Family, Wildlife Trust Of India (WTI), World Land Trust (WLT), el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAV) y la filial holandesa de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) colaboran para hacer realidad este proyecto.

El inicio de la recaudación de fondos empezó con fuerza. Tuvo lugar recientemente en Reino Unido, en una subasta apadrinada por los príncipes Carlos y Camila, ya que éste es copresidente de la organización Elephant Family.

«Esta es una causa de enorme importancia, en especial por su dimensión humana-animal, pues además de su faceta de preservación, el establecimiento de corredores tiene la capacidad de transformar la vida de los agricultores locales», concluyó.

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