Tres consejos para practicar la jardinería bio

Fuente aves jardin
Practicar la jardinería bio es otra manera de hacer jardinería. Se trata, en suma, de cuidar las plantas y también el planeta. Si bien se requiere respetar una serie de reglas, también es posible avanzar de forma paulatina, a nuestro ritmo.

Pasarse a la jardinería biológica no tiene por qué ser más trabajoso. Si estamos comenzando, podemos aplicar algunos consejos y avanzar poco a poco. No se trata de ser unos puristas, sino de tener una actitud verde y alcanzar resultados conforme sea posible.

Como ocurre con tantas otras cosas, también aquí la experiencia es un grado. Dar los primeros pasos resulta complicado precisamente por el freno que siempre supone algo nuevo. Con estos tres sencillos consejos para practicar la jardinería bio encontrarás ese primer empujoncito que te pondrá en marcha.

1. Crear un jardín adaptado al suelo y clima

Es una primera lección al alcance de todos. El objetivo es minimizar los cuidados. Cuanto más adaptada esté la vegetación al suelo y a la climatología de la zona, más fácil será su mantenimiento.

Al margen de buscar esa adaptación, según el tipo de tierra podremos tener más posibilidades de elección. Por ejemplo, la tierra arenosa tiene menos nutrientes, y necesita un plus de compost y de abono, mientras la tierra limosa sería idónea para la jardinería. Por su parte, la tierra arcillosa es menos fácil de trabajar, pero resiste bien la sequía.

Combinar distintos factores a la hora de elegir las plantas y su ubicación en el jardín (áreas sombreadas parcialmente, totalmente sombreadas o soleadas, protegidas del viento, etc.) hará una gran diferencia a la hora de comenzar con buen pie.

Para hacer la mejor elección dediquemos un tiempo a informarnos adecuadamente. Observar las plantas silvestres que crecen en él nos ayudará a conocer el tipo de tierra que tenemos y a elegir las especies idóneas. Idealmente, optemos por las especies autóctonas, a ser posible en peligro de extinción.

2. Atraer la biodiversidad

Si por un lado las plantas autóctonas son durables y fáciles de cuidar, por otro serán un auténtico imán para atraer biodiversidad. De hecho, un jardín bio debe atraer biodiversidad, y éste puede ser un segundo objetivo que podremos cumplir fácilmente siguiendo una serie de pequeños consejos.

Por ejemplo, creemos un pequeño muro de piedras o apilémoslas. Así conseguiremos atraer a pequeños insectos y lagartijas, que encontrarán en ellas un refugio. También será de gran ayuda tener flores que atraigan a los polinizadores y, como hábitat para los anfibios, un pequeño punto de agua, como una fuente o estanque.

Muro piedras jardin
Atraer a las aves será tan fácil como colocar comederos con alpiste y bebederos colgados de los árboles, así como algún que otro nido artificial. Y, por supuesto, nada de pulverizar insecticidas. Entre los insectos útiles, de gran ayuda para controlar las plagas de forma natural, están las mariquitas o, por ejemplo, las arañas.

Como alternativa a los pesticidas tendremos que ir creando nuestra propia farmacia verde. El aceite de neem es un producto bastante efectivo que nos ayudará a la hora de combatir hongos y distintas enfermedades gracias a sus propiedades antibacterianas y antiparasitarias. Su aplicación es posible mediante pulverización o añadiéndolo al agua de riego.

3. Haz tu propio compost

Nutrir las plantas con compost significa aportarles un abono ecológico y al tiempo reciclar desechos orgánicos. Si no tenemos experiencia, adquirir una compostadora puede ser una buena idea, aunque también podemos hacerla nosotros mismos.

Ir mezclando desechos orgánicos de la casa y del jardín mejorará la calidad y fertilidad del suelo. Para acelerar el proceso podemos añadir compost ya hecho que pueden prestarnos. Dependiendo de la estación en la que comencemos, podremos tenerlo listo al cabo de seis a doce meses.

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