Ecohabitare, jardín vertical individual


A muchas personas les gustaría tener un jardín en casa. Plantas que regeneren el ambiente produciendo oxígeno, que suavicen la temperatura de las habitaciones y, en fin, que decoren. A los aficionados a la cocina, un pequeño jardín que les permita tener plantas aromáticas para añadir recién recogidas de la mata a sus creaciones culinarias para potenciar su sabor.

Sin embargo, en la actualidad, muchos de los pisos son de tan reducidas dimensiones que casi no cabe ni la propia persona que vive allí, ¡como para tener encima un jardín! Esto sin contar con que algunos apartamentos no tienen ni una mínima terraza o son interiores, y cuando digo interiores, quiero decir casi cuevas. La solución es un pequeño jardín vertical que se puede montar fácilmente. Han bautizado a la creación como Ecohabitare y están diseñados para colocarse fuera, en la pared exterior de la vivienda.

No diremos que esta idea vaya a solucionar el futuro problema de la falta de alimentos en el mundo que prevén los expertos, pero sí puede permitir obtener algún producto fresco y ecológico (siempre que se viva en una ciudad no excesivamente contaminada, claro). Algunos arquitectos trabajan en diseños de jardines verticales que proporcionen alimento y energía limpia en las ciudades, al tiempo que aprovechan el poco espacio libre que queda en algunas urbes. Ecohabitare recoge esa idea y la enfoca a un solo usuario.

La idea parte de los diseñadores industriales Daniel Adamo y Casela Ravel. En una pared de apenas tres metros de largo se puede colocar uno de estos jardines, que está fabricado con placas planas a partir de plásticos reciclados.

Su instalación es muy sencilla y se puede colocar en cualquier apartamento o, incluso, en la oficina. La clave está en que se compone de módulos móviles, de modo que se pueden añadir o quitar al gusto de cada cual o retirar si no conviene que le dé mucho el sol.

Está diseñado para que sea realmente fácil el cambio de tierra fertilizada (que sólo hay que hacer una vez al año) y la recolección de los alimentos. Después, se pueden volver a sembrar nuevas semillas. Todo el que lo desee puede tener un minúsculo huerto en casa.

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