El estudio

Este nuevo aprovechamiento se ha hallado dentro de un proyecto de economía circular Life-ECOFFEED, que está liderado y coordinado por el centro tecnológico AZTI. El objetivo es poder desarrollar, demostrar e implementar a escala real una solución innovadora y sostenible para recuperar el poso del café, que se genera en el canal HORECA, y convertirlo en un ingrediente alternativo para alimento de ganado vacuno y ovino productor de leche.

En las pruebas preliminares que ya se han llevado a cabo, se ha observado la eficiencia nutricional con dietas experimentales que incluyen el poso de café, que ha sido incorporado hasta en un 10%.

De hecho, no se han detectado diferencias importantes ni en la tasa de alimentación ni en el comportamiento de los animales. Tampoco se aprecian factores diferenciadores en la cantidad o contenido de grasa de la leche producida en el ganado alimentado con esta dieta experimental.

Importancia

Este proyecto es especialmente importante porque en la Unión Europea se consumen 2,67 millones de toneladas de café cada año, lo que genera grandes cantidades de residuos como los posos o cápsulas de café.

Con este proyecto, se busca así una solución innovadora para minimizar el impacto ambiental de estos residuos, aparte de promover un uso eficiente de los recursos al disponer de una nueva materia prima más sostenible al sector ganadero, que tiene una gran dependencia del mercado de la harina de soja y del cereal. Esto redundará a su vez en una reducción de los gases de efecto invernadero.

El reto ahora está en aprovechar los posos del café del hogar que, en la actualidad, no cumplen los requisitos higiénicos necesarios, aparte de ser gestionados como residuos sólidos municipales.

Artículos relacionados:

– Logran producir energía por vapor a partir de los posos del café

– Los residuos del café tienen antioxidantes útiles para su uso en alimentos y productos farmacéuticos

La innovación

La iniciativa implementada por Nestlé se basa en la puesta en funcionamiento de una nueva cadena de valoración de posos de café. Un proceso que está en la planta de Gerona, cuya actividad está centrada en la elaboración de café soluble y cápsulas monodosis.

Para este proceso, se cuenta con una caldera, que ha conllevado una inversión de 17,2 millones de euros. A través de ella, se puede aprovechar el poso resultante de la elaboración de café soluble con el fin de obtener vapor.

La clave está en que este poso de café es un producto 100% vegetal, que se obtiene durante la fabricación de café soluble. Se caracteriza, además, por su elevado poder calorífico, lo que le convierte en un biocombustible adecuado para la generación de energía en forma de vapor.

Un importante salto

Este proceso es especialmente importante porque en la fábrica de Gerona se producen al año alrededor de 45.000 toneladas de posos de café. La previsión de la empresa es que alrededor del 80% se emplee para la generación de vapor con esta nueva caldera.

Los primeros cálculos apuntan a la generación de 125.000 toneladas de vapor al año, lo que representa una disminución del 25% del consumo de gas natural en la fábrica.

Un paso más

Este proceso no es la única apuesta por la sostenibilidad en esta planta. También en las instalaciones de Gerona se cuenta con otros procesos de generación de energía eficiente como la generación con turbinas de gas para producir electricidad y posteriormente vapor. En este caso, se cuenta con una caldera de recuperación, que aprovecha la energía contenida en los gases calientes.

Artículos relacionados:

– Los residuos del café tienen antioxidantes útiles para su uso en alimentos y productos farmacéuticos

– Los autobuses de Londres circularán con energía de posos de café

La investigación

Esta investigación ha sido llevada a cabo por un equipo de la Universidad de Córdoba. Su trabajo se ha centrado en conseguir sustancias que potencian los beneficios antioxidantes de alimentos y productos farmacéuticos.

Son sustancias que se han obtenido a partir de restos de la industria del café y en cuyo proceso se han utilizado los “disolventes verdes” o supramoleculares para extraer estos componentes de una manera más rápida y eficiente.

La investigación, que permite poner en valor estos residuos y mermar la generación de desechos, ha permitido demostrar que los disolventes supramoleculares facilitan la obtención de extractos ricos en compuestos con valor añadido para otras industrias a partir de estos residuos que tienen un bajo coste.

Estos disolventes se caracterizan por ser líquidos y tener una estructura interna diminuta. Aparte, tienen la capacidad de modificarse ante un estímulo externo como la temperatura o la adición de sales, volviendo a su estado natural una vez recuperadas las características iniciales.

Beneficios

Los resultados de la investigación han permitido obtener extractos de los residuos del café con métodos rápidos, simples y de bajo coste. Además, los componentes obtenidos tienen una alta capacidad antioxidante, aparte de efectos antimicrobianos. Ambos son idóneos para emplearlos como suplementos en alimentación y cosmética.

No obstante, es un sistema que podría aplicarse a la extracción de bioactivos de subproductos de la industria alimentaria y no solo a la del café.

Artículos relacionados:

– ¿Por qué el clima amenaza nuestra alimentación?

– Llegan las botellas de plástico reciclado de basura marina

El proyecto

Este proyecto, que se enmarca dentro del programa Horizonte 2020 y del que forman parte 26 entidades entre las que figura el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS), se centrará en hacer esta conversión de los residuos orgánicos urbanos para ser empleados como recursos.

Por ejemplo, el proyecto trabajará con diferentes sustancias como los residuos de café y el aceite usado, estando previsto que puedan ser la materia base para obtener envases plásticos que procedan de fuentes renovables. En concreto, se quieren extraer a través de PHA de estos residuos urbanos.

De acuerdo con las líneas de la investigación, el PHA se formulará con el fin de que se pueda procesar mediante extrusión para, posteriormente, fabricarse la lámina y el envase termoconformado.

Otros objetivos

El proyecto, que tiene una duración de 42 meses, permitirá además sentar las bases para el desarrollo de nuevos modelos de negocio productivos con el objetivo de que puedan llegar al mercado las soluciones tecnológicas que se desarrollen y los productos finales resultantes de esta investigación.

Además, otros objetivos del proyecto son el asesoramiento de cara a administraciones locales para que implementen nuevos modelos de organización que permitan una mayor valorización de los residuos orgánicos urbanos. También se pretende dar recomendaciones basadas en evidencias de políticas a nivel europeo para una mejor toma de decisiones.

Pero, sobre todo, se pondrá el foco en tratar de cambiar el comportamiento de los ciudadanos y comunidades locales para lo que se incidirá en mejorar la percepción que se tiene en la actualidad de los desechos orgánicos para que sean visualizados como recursos.

Artículos relacionados:

– Los envases de yogures serán reciclables

– Todos los envases de plástico deberán ser reutilizables o reciclables en 2030

Los datos

Este es uno de los principales datos que se recoge en el estudio realizado por la Universidad de Politécnica de Madrid y del que ha dado cuenta la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC).

En concreto, en el estudio se refleja que el desperdicio de alimentos, unido a aquellos productos alimentarios que caducan, supone un derroche de más de 130 litros de agua al día por persona. Esto equivale a una bañera llena de agua cada día.

Esta relación entre agua y desperdicio alimentario se pone de manifiesto a través de la cadena alimentaria y de suministro de bienes y servicios. Es decir, es esa cantidad de agua que está oculta en cada alimento.

El desperdicio alimentario impacta así en el medioambiente, aunque sea de manera indirecta, por lo que es necesario reducir el desperdicio de alimentos para conseguir una mayor eficiencia hídrica y no se pierda agua.

Huella hídrica

Con esta reducción, también se lograría mermar la huella hídrica, que calcula el agua utilizada en la cadena de suministro de un producto y que se emplea para calcular el impacto ambiental vinculado con el agua.

Y es que los datos son claros. Cada persona tiene una huella hídrica de 1.385 metros cúbicos anuales. Una cifra que equivale al volumen de media piscina olímpica. Además, el 92% se corresponde con la huella hídrica de la agricultura para la producción de alimentos.

No obstante, no todos los alimentos tienen la misma huella hídrica. Por ejemplo, el café es uno de los que registra mayores datos con 18.900 litros de agua para producir un kilo de café.

Artículos relacionados:

– Consumo de agua: los españoles empiezan a ser más responsables

– Alertan de la situación crítica de las aguas subterráneas

El café funciona como abono, bien arrojándolo directamente a la tierra, bien como parte del compost, añadiéndolo al resto de basura orgánica. Tiene nutrientes naturales como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre. Por otra parte, añade acidez al suelo, algo que puede venir bien a ciertas plantas como las azaleas, las camelias o los rosales. Sirve de alimento para las lombrices (que, a su vez, benefician a la tierra) y para cultivar hongos. Pero tiene muchas otras utilidades.

Repelente de insectos

El café sirve para ahuyentar a plagas como hormigas y caracoles. A los gatos tampoco les gusta el olor a café. En algunos casos, funciona como repelente de pulgas, añadiendo café al agua donde se vaya a bañar al perro.

Ambientador

Una vez seco, el café se puede usar como desodorante en armarios y en el frigorífico, ya que absorbe olores. Incluso existen secadores de posos.

Limpieza y desatascador

Es abrasivo contra la grasa y limpia los desagües. Sin embargo, para grandes atascos de cañerías no sirve.

Tratamiento de muebles

Se pueden reparar los arañazos en los muebles si son de madera oscura o como repelente de polvo.

Higiene

Con los restos de café se pueden elaborar jabones que, sobre todo, eliminan los olores persistentes. Sirve como exfoliante natural para la cara y el cuerpo. También como acondicionador sobre cabellos oscuros.

Cocina

En este caso, nos referimos a los restos, a los posos, no al café líquido que se echa, por ejemplo, en el tiramisú. Con los posos se puede dar un toque de aroma a ciertos platos, sobre todo, a bizcochos, galletas y otros postres.

Tinte y pintura

Para pintar manualidades caseras o teñir la ropa o pintar sobre papel. Si se echa sobre la piel, se consigue un efecto parecido al de la henna, logrando tatuajes temporales.

Si por un lado su certificación garantiza que se produce siguiendo procesos respetuosos con el medio ambiente, por otro lado ofrece a cada sorbo el agradable sabor del compromiso, una combinación irresistible que siempre deja un buen sabor de boca.

En el plano ecológico, este café cuenta con el sello Europeo de Agricultura Ecológica y el del Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega), que certifican que la materia prima cumple las normas de la agricultura ecológica.

Como artículo solidario, la certificación Fairtrade garantiza el cumplimiento de los estándares internacionales del Comercio Justo, tal y como ya hacen otros productos de la misma marca como el café molido y en grano o sus cápsulas, con el objetivo de fomentar una producción y comercialización del café «más responsable y sostenible».

Actualmente, este circuito solidario engloba a más de 1,5 millones de productores de alimentos y artesanías, beneficiando directa o indirectamente a 5 millones de personas de países en desarrollo. Entre esas mercancías, el café es el más conocido y vendido de este loable movimiento.

Pues bien, la empresa certificadora Bureau Veritas ha verificado esta capacidad de reciclaje en todo el mundo a 30 de junio de 2012 en un 76,4 %. ¡Prueba superada! Y recuerda que George Clooney, no sólo bebe café, sino que también es un ecologista activo.

Para cumplir su compromiso de incrementar la capacidad de reciclaje de cápsulas, Nespresso ha desarrollado soluciones de recuperación específicas en aquellos casos en los que no existían planes de reciclaje de ámbito nacional.

En el caso de España, por ejemplo, en diciembre de 2009, Nespresso creó su propio sistema de recolección y reciclaje de cápsulas, respondiendo a una petición de los propios clientes concienciados por el cuidado del medio ambiente. Es un sistema único y pionero, que cuenta actualmente con una red de más de 770 puntos de recogida de cápsulas usadas.

El sistema se puede usar gracias a la colaboración de diversas instituciones, como la Diputación Foral de Bizkaia, el Consell Comarcal Gironès, el Consorsi Residus Maresme y el Consell Comarcal Maresme. Nespresso ha aumentado en más de un 20 % el número de puntos de recogida de cápsulas para reciclar con respecto al año pasado.

Desde los puntos de recogida de toda España, las cápsulas usadas son trasladadas a una planta de compostaje situada a las afueras de Barcelona y que gestiona la compañía Tradebe, especializada en la gestión de residuos industriales.

En esta planta se separa el aluminio del café mediante una maquinaria especialmente adaptada para el reciclaje de cápsulas. Tras esta separación, se obtiene un compost de alta calidad a partir de residuos de las industrias agraria y alimentaria, de lodos de depuradora y de material vegetal procedente de la poda.

El café se utiliza para enriquecer este compost, que se destina a fines agrícolas y sociales. Por su parte, el aluminio es trasladado a una planta en la que se procede a su refundición y reutilización para otras aplicaciones.