Muchas zonas del planeta están cubiertas por desierto, roca o hielo. En otras palabras, no se puede cultivar en ellas. O es muy difícil y costoso. Son lugares que no pueden producen sus propios alimentos. Por tanto, las personas que viven allí importan alimentos, lo que supone emisiones a causa del necesario transporte de las mercancías.
Por ejemplo, los países del Golfo Pérsico importan un 90% de los alimentos que necesitan. Es una situación social y económicamente precaria y puede llevar a la escasez de recursos básicos. Los precios de los alimentos pueden dispararse, como ocurrió entre 2005 y 2008, lo que puede dar lugar a disturbios.
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