ldeas para tener un dormitorio más ecológico

Cama aire libre
Los dormitorios y, en general, cualquier estancia de la casa en la que pasemos muchas horas deben ser espacios saludables. Todo nuestro hogar debe serlo, lógicamente, pero con especial motivo aquellas habitaciones donde más estemos, y los dormitorios se encuentran entre ellas.

El hecho de que un dormitorio sea ecológico significa, desde este punto de vista, que también sea un espacio libre de tóxicos, si no en su totalidad sí minimizando la polución que pudiera afectar a nuestra salud.

Pequeños grandes cambios

En este post vamos a darte algunas sugerencias para que tu dormitorio sea más saludable y ecológico. Es decir, no tanto recurriendo a técnicas orientales como el Feng Shui, aunque éste tenga mucho de ecológico, sino echando mano de otros recursos más verdes.

Sin ir más lejos, nuestros muebles de dormitorio (mesillas, cabeceras, etc.), colchones, almohadas y ropa de cama pueden estar hechos de materiales poco eco amigables, tanto para la salud como para nuestro planeta. Además, existen otros muchos gestos a la hora de limpiarla y ventilarla que nos ayudarán a mejorar la calidad ambiental sin necesidad de gastar de más.

Por lo tanto, aun teniendo un presupuesto ajustado, gracias a alternativas sencillas y económicas podemos mejorar mucho la situación del dormitorio. Empezando por aquello que no nos va a suponer gastar sino más bien al contrario, puesto que podremos ahorrar, la higiene de suelos y superficies es un aspecto clave.

En lugar de usar limpiadores de base química, es decir, los productos convencionales, podemos optar por alternativas ecológicas, como es la elaboración de un limpiador ecológico multiusos en unos sencillos pasos. Igualmente, las hierbas aromáticas secas y los aceites esenciales orgánicos son idóneos bien para un uso directo o para crear ambientadores naturales de un modo realmente fácil.

La ventilación diaria también es otro aspecto que reducirá polucionantes atmosféricos. Aunque nos parezca que el exterior pueda estar más contaminado, sobre todo en viviendas cercanas a carreteras o a industrias, lo cierto es que salvo contadas excepciones el aire interior suele estar más contaminado.

Bastará con una ventilación de unos diez minutos para renovar el aire interior por completo, sin necesidad de más. Eso sí, elijamos un momento idóneo para hacerlo, evitando altas concentraciones de polución y alergénicos.

Colchon eco
A la hora de elegir los muebles de un dormitorio, cuanto más ecológica sea la madera o los materiales con los que estén confeccionados, mucho mejor. Eso significa que la madera debe ser certificada, así como .

No olvidemos que la huella de carbono también tiene su importancia. No se trata de comprar muebles locales, porque por lo general es algo complicado, pero sí de aproximarnos lo más posible. En general, deberíamos tener en cuenta el ciclo de vida de los productos y huir de olores tóxicos por el uso de barnices, pegamentos y pinturas especialmente tóxicos.

Desde las materias primas utilizadas y el proceso al que son sometidas hasta la cadena de distribución que acaba en el consumidor como último eslabón, al margen de la posibilidad de reciclaje. Por lo general, no se dispone de información sobre este tipo de cuestiones, pero sí podemos valorar la inocuidad de sus ingredientes, su huella de carbono y, en fin, el impacto ambiental y también su mayor o menor salubridad.

De igual manera, las alfombras, cortinas y otros posibles accesorios serán más saludables si están confeccionados con materiales orgánicos. Su precio no tiene por qué ser prohibitivo, si bien es cierto que suelen ser más altos.

Aun así, la durabilidad de estos tejidos es larga, sobre todo cuando tienen calidad, por lo que hacer una compra inteligente puede valer la pena. Si sabemos buscar buenas oportunidades, encontraremos ropa de cama ecológica a buen precio.

En lo que respecta al colchón, junto con los muebles la inversión más importante, es importante no ser ecológicos reutilizándolos, ni siquiera si son de otros miembros de la familia. Mucho menos, si se trata de un colchón encontrado en la calle o regalado. Y, por supuesto, si el presupuesto nos lo permite, que sus materiales sean orgánicos.

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