Cinco trucos curiosos para no tirar comida a la basura

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De forma cotidiana se tiran toneladas de comida a la basura en medio mundo. Un día, otro, y otro más… Un enorme despilfarro que, sin embargo, puede evitarse con sencillos trucos.

Algunos ya los conocemos, como cocinar lo justo para que no sobre, vigilar la caducidad de los alimentos o hacer la compra pensando en nuestro nivel de consumo. Pero hay otros muchos, algunos realmente curiosos, que nos ayudan a ser más eficaces a la hora de luchar contra el despilfarro de alimentos.

En IKEA han puesto en marcha una campaña que tiene mucho que ver con eso. Dentro de #LaOtraNavidad que persiguen, nos ofrecen una serie de consejos para que el 25% de la comida de Navidad no termine en el cubo de la basura, que es lo que dicen las estadísticas.

La imaginación al poder

En España tiramos 7,7 millones de toneladas de alimentos cada año, según un informe del Parlamento Europeo. Eso supone una media de 63 kg de alimentos per cápita en el hogar, es decir, casi el 20 por ciento de la comida que compramos.

Para evitar el despilfarro alimentario la imaginación es clave. La dimensión del problema requiere actuar desde varios frentes. Por lo tanto, cuantos más trucos sepamos, mucho mejor, y ello supone tirar de magín. Son eco-gestos con los que cuidamos nuestra salud, el bolsillo y el planeta. Veamos 5 curiosos trucos, muy fáciles de poner en práctica:

1. Objetivo, la nevera: El simple hecho de mantener la nevera limpia ayuda a prevenir el crecimiento bacteriano y la generación del típico moho.

También es importante organizar el almacenamiento de los alimentos colocando los más perecederos delante, separando unos alimentos de otros, evitando amontonarlos.

Respetemos también la disposición recomendada. Las neveras indican con iconos dónde colocar la carne, pescados, huevos y vegetales. Por lo general, los congelados deben estar a -18 grados centígrados, entre 0 y 4 grados la carne, el pescado, charcutería, quedos yogurs, postres, zumos de frutas naturales y productos que estemos descongelando.

Las frutas y verduras, por último, se introducirán en su cajón específico y en la puerta los zumos de fruta en tetra brik, la leche y la mantequilla.

De forma periódica echemos un vistazo y hagamos rotación de productos para consumir los más antiguos primero. Es clave hacer revisiones de vez en cuando.

2. Congela las sobras, organiza un picnic o un guateque: Si normalmente se recomienda volver a cocinar las sobras, existe una segunda opción que consiste en hacer esto mismo para después congelarlas.

No se trata de congelar directamente, sino después de haberlas cocinado o transformado. Por ejemplo, convertimos verdura sobrante en una crema, carne/pescado en croquetas o elaboramos una pizza casera aprovechando las sobras…

Si las sobras dan de sí, otra opción es mejorarlas y organizar un picnic o un guateque. Pueden ser utilizados en recetas sencillas tales como aperitivos, tortillas, sopas, batidos, repostería…

3. No te obsesiones con las fechas: Prestar atención a las fechas no significa descartar de forma automática los alimentos que caduquen.

Dependiendo del producto y de su estado, algunas fechas pueden excederse sin problema. Tengamos en cuenta que hay dos tipos de fechas en los productos: la fecha de caducidad, por lo que excederla puede representar un peligro para la salud y la fecha de consumo preferente, que pueden comerse días después.

Se trata, en suma, de una fecha que sirve como referencia, pero puede ser superado sin peligro para la salud. En estos casos, confiar en nuestros sentidos puede ser de ayuda para decidir.

Mesa comida
4. Considera el consumo colaborativo: Podemos hacer intercambios con la familia, amigos y vecinos cuando la comida esté a punto de caducar y no vayamos a consumirla. Idealmente, compartamos un refrigerador para alimentos con fecha de caducidad cercana, una iniciativa con gran éxito en Alemania, entre otros países.

5. Trucos para el momento de la compra: Hacer una lista de lo que necesitamos para no excedernos es un consejo habitual. En este post añadimos tres consejos más. En primer lugar, evitemos comprar con el estómago vacío, pues la sensación de hambre anima a comprar más de la cuenta.

Pagar en metálico, en lugar de usar la tarjeta, es otra manera de ayudarnos a comprar lo justo y necesario. Finalmente, elijamos las frutas y verduras «feas» para animar al establecimiento a no descartarlas. Si están frescas, su sabor será el mismo…

¿Qué te han parecido estas ideas? En la página web de IKEA encontrarás más ideas con las que podrás cocinar con el corazón y la cabeza.

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