El caso es reutilizar


Una utopía ecologista es que nada se desaproveche, que nada se deseche, que los vertederos sean cosa del pasado. Aún más, que ni siquiera hubiera necesidad de contenedores de reciclaje porque todo se reutiliza para un segundo (y tercer y cuarto…) uso. Para ello, sólo hace falta voluntad y, sobre todo, mucha imaginación.

En fin, convertir objetos que ya no sirven, por estropeados o por obsoletos, en objetos prácticos. Por ejemplo, ¿qué hacer con un viejo teclado? Por supuesto, si funciona, se puede conectar al ordenador de los niños o donar a alguna empresa que recicle ordenadores y los regale a personas desfavorecidas, a academias o a países en desarrollo. Pero, si el teclado no funciona, también se puede reutilizar. Por ejemplo, fabricando un bolso de mano.

Una moda totalmente tecnológica. Y, al mismo tiempo, ecológica. Como vemos en la fotografía de arriba, con un viejo teclado, se puede elaborar un exclusivo bolso. Además, está disponible en colores blanco, negro, naranja, rojo y rosa.

Pero la cosa no queda ahí. La basura también puede servir para diseñar muebles, siempre que se potencie la creatividad. Tanto es así, que los muebles que se ven en la imagen de abajo, no sólo han surgido de la reutilización de desechos, sino que, además, son tan exclusivos que han entrado en los museos y viviendas más vanguardistas. Estos muebles están hechos de desechos electrónicos donados por una compañía de reciclaje.

El proceso de elaboración de los muebles parte moldes llenos de basura electrónica y que se rellenan con resinas. Todos los enchufes, los cables y los dispositivos desechados permiten configurar piezas diferentes cada vez. Sostenibilidad y exclusividad.

Una de las colecciones es de sillas y se llama «N+ew», que significa No More Electronic Waste, No Más Basura Electrónica. Reutilizar del todo los desechos electrónicos tiene una gran importancia, ya que es un tipo de desecho que seguirá aumentando los próximos años.

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