Bien pensado, la piel del plátano es un inventazo de la naturaleza, que preserva el fruto de un modo increíble, bien protegido, de lo que nosotros, además, nos beneficiamos. Pero no sólo eso, porque gracias a esta funda natural nos ahorramos el envase a la hora de comprarlo y transportarlo, con lo que también cuidamos el planeta.
Pero aún hay más, porque con un poco de ingenio podemos hacer el invento todavía más sostenible. Además de usar la piel de plátano como abono directamente o para hacer compost, los usos más comunes (dejaremos de lado lo de provocar resbalones) es posible encontrarle muchas otras utilidades que muy probablemente ni imaginas.
Un alimento nutritivo
En efecto, las cáscaras de plátano son casi tan aprovechables como el plátano. Su humedad, forma, composición y buen tamaño permiten sacarle buen partido de la manera más insospechada. Por un lado, contiene enzimas, propiedades antifúngicas, antibióticas y pese a no comerse son nutritivos, pues es rica en vitaminas, potasio, fósforo y previene contra el cáncer de próstata, según une studio publicado en la revista Biotechnology and Biochemistry, lo que no significa que hayamos de incluirlas en nuestro menú.
Si deseamos comerlas, es importante que sean bananas ecológicas, pues los pesticidas y demás añadidos quimicos se concentran en la piel. Por lo demás, se comen tanto crudas como cocidas. La cocina hindú tiene recetas deliciosas que nos pueden servir de inspiración para hacer nuestros propios inventos culinarios, o usémoslas como un ingrediente más para preparar bizcochos o mermeladas, pongamos por caso.
Sin preparación de ningún tipo, las gallinas y los cerditos se comen las pieles de plátano que es un primor, aunque agradecerán que venga con su pulpa, lógicamente. Bastará con cortar el plátano a rodajas para que las coman más fácilmente.
Calmar las picaduras de insectos es otra de sus utilidades prácticas. Para logra el mayor efecto, aplicar en forma de una pequeña cataplasma, aunque los efectos se notan de forma inmediata, por lo que será suficiente con aplicar sobre la piel. Aunque parezca increíble, es muy eficaz.
Fertilizante y zapatos relucientes
Frotarla contra el zapato o contra superficies a las que deseemos sacar brillo, como el cubierto o cualquier otra. Bastará con un pequeño trozo que resulte manejable para pulir pieles y otros metales.
Fertilizar las plantas, como dijimos, es una opción perfecta para darles salida. En lugar de colocarlas tal cual, algo que sí se hace en la pila de compostaje, será mejor hornearlas previamente (por ejemplo aprovechando el uso del horno para otros alimentos las coceremos de forma simultánea) y enterrándolas luego alrededor de las plantas.
Si el compostador incluye lombrices, la cáscara de plátano será un alimento perfecto para ellas, por lo que acelerarán su descomposición. Y, cortadas a trocitos, el jardín será de utilidad como repelente natural contra pulgones y otras plagas. Por contra, atraerá biodiversidad interesante, como pájaros o mariposas, especialmente si incluyes parte de la pulpa de un plátano maduro.
Exfoliante y nutritiva
Las recetas de belleza caseras también permiten aprovechar el plátano. Su aplicación directa por el rostro nos revitalizará la piel gracias a su poder nutritivo, sus enzimas y vitaminas. En muchas ocasiones tiene efectos fantásticos para curar sarpullidos, irritaciones por alergias e incluso el acné.
A la hora de ducharnos, será de gran ayuda como exfoliante añadiendo una cucharada de azúcar moreno y una cucharada de miel. Frotaremos por el cuerpo para eliminar las células muertas de la piel, vitaminarla al mismo tiempo. Para este uso se recomienda utilizar la parte más grande. Y, para rizar el rizo, tras la exfoliación apliquemos una mascarilla hecha con la misma pulpa del plátano y yogur para nutrirla en profundidad.