¿Cómo impacta el teletrabajo en el medioambiente?

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Las empresas cada vez se van sumando más al teletrabajo para facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar de sus trabajadores –lo que sucede sobre todo en el caso de las mujeres-, o bien estableciendo varios días de la jornada semanal que se pueden trabajar desde el hogar como una medida que se enmarca dentro del salario emocional, entre otros aspectos. De hecho, siempre que se habla del teletrabajo se hace desde el punto de vista del beneficio de las personas, dejando a un lado el impacto que tiene en el entorno y el medio natural. ¿Es realmente beneficioso el teletrabajo? ¿Contamina más o menos que trabajar en la sede de la empresa?

Impacto ambiental

El teletrabajo tiene un impacto positivo en el medio ambiente. Y es que diversas investigaciones han comprobado que se evita la congestión del transporte, sobre todo, en las principales ciudades.

Esto lleva a su vez a que se registren menos horas de viaje cada día, lo que lleva a una disminución de las emisiones de gases tóxicos y de CO2, entre otros agentes contaminantes y que inciden en el cambio climático.

También se producen otros efectos beneficiosos, ya que igualmente se reduce la contaminación y la polución por esa menor emisión de gases tóxicos. Así, se logra disfrutar en las ciudades de una mejor calidad del aire.

El ahorro de energía es otro beneficio del teletrabajo puesto que, por ejemplo, se consumen menos carburantes para el desplazamiento en vehículo al lugar de trabajo de la empresa.

Pero el ahorro energético también va más allá porque los equipos de trabajo que se emplean en casa consumen menos energía. En concreto, se calcula que esta reducción puede ser de hasta el 50% aproximadamente.

Otros impactos positivos

Los beneficios del teletrabajo también se dejan sentir en otros aspectos. Por ejemplo, se ha comprobado que, cuando se trabaja desde casa, se emplea menos papel porque se tiende a emplear más los archivos digitales como, por ejemplo, los pdf.

De esta manera, disminuye el uso del papel, contribuyendo en cierta medida a una menor tala de árboles en el caso de que no se empleen papeles ecológicos.

También las empresas tienen que reducir el espacio de almacenamiento para material de oficina como los paquetes de folios, cuadernos…

Además, la menor presencia de trabajadores en oficinas o sedes corporativas lleva a que cueste y se gaste menos en mantener los edificios y se consuma, por ejemplo, menos energía en iluminación o para el uso de equipos, entre otros aspectos beneficiosos.

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