A no ser que tiremos de carne de laboratorio, a este paso, ser carnívoro y ecológico va a ser en sí una contradicción de términos. De hecho, comer carne bio es un gesto menos verde que no hacerlo. Por lo pronto, un nuevo estudio nos advierte que población mundial crece a un ritmo tal que la única manera de poder alimentar a tanta gente será reducir el consumo de carne.
En efecto, la superpoblación mundial es una realidad de la que no podemos huir, y que en el futuro irá aumentando a un ritmo imparable. En el 2050, por ejemplo, superará los 9.000 millones de personas, estima la ONU. Sin duda, se trata de un gran desafío para la seguridad alimentaria, y según un informe de la Universidad de Exeter superarlo pasa por que los occidentales comamos la mitad de carne que actualmente.
Sí, tal y como estás pensando, reciclar más y hacer más eficientes los cultivos también ayudan, pero sólo con eso no llegamos. De acuerdo con el trabajo, para hacer una diferencia el personal ha de dejar descansar a sus dientes caninos. En números, si el consumo medio mundial de carne es de 16,6 por ciento, y ello suppne el 15 por ciento de las calorías ingeridas a diario, hemos de cambiar hasta reducir su consumo el 50 por ciento.
No hacerlo causará un desastre ecológico por desórdenes en la captura y almacenamiento de carbono. En palabras del líder de la investigación, Tom Powell, la investigación demuestra que «comer menos carne podría proporcionar una clave para volver a equilibrar el ciclo global del carbono. La producción de carne implica importantes pérdidas de energía a consecuencia del costoso proceso necesario para obtenerla y de los numerosísimos cultivos que utilizan para alimentar al ganado. Lo cierto es sólo así se podrían mantener las temperaturas globales dentro del umbral de los dos grados.»