En estos momentos, la biotecnología agrícola está tomando las riendas de la producción de insumos agrícolas, desbancando a los tradicionales productores de fertilizantes y estimulantes. La creciente preocupación del consumidor por la alimentación saludable y sostenible, junto a la lucha de los agricultores contra la progresiva desertización y el empobrecimiento de los suelos, ha impulsado a las empresas líderes en el sector a incentivar sus investigaciones en la búsqueda de sustancias biofertilizantes y bioestimulantes.
Estos activos no solo deberán potenciar el crecimiento y mantener la salud de las cosechas, sino que también tendrán que ser respetuosos con los suelos, evitando su progresivo deterioro y ayudando a su recuperación. La biotecnología agrícola se centra fundamentalmente en la regeneración de los suelos empobrecidos, pero no es el único elemento sobre el que actúa.
Estos son los 5 beneficios más destacables que produce la biotecnología aplicada al sector agrícola.
1. Aumento de la resistencia de los cultivos a las sequías
El cambio climático está creando zonas cada vez más amplias sin lluvias, espacios en los que la sequía será más habitual con el paso de los años. Para enfrentar esta enorme amenaza, la producción de las variaciones genéticas que consigue la biotecnología hace que los cultivos logren resistir mucho mejor la carestía de los riegos.
2. Mayor resistencia a las enfermedades
La defensa contra el ataque de determinados hongos, bacterias, nematodos y demás patógenos ha sido una constante en la historia de la agricultura. Ahora, con los estudios y avances protagonizados por la biotecnología, los efectos catastróficos que estas enfermedades ocasionan en las plantaciones tienen un nuevo y eficaz aliado. En la actualidad, las cosechas son más resistentes, por lo que las pérdidas económicas disminuyen drásticamente.
3. Los herbicidas
Los herbicidas se han convertido en una herramienta habitual de los agricultores, pero muchas de ellas terminan afectando negativamente a según qué cultivos. Gracias a la intervención de la biotecnología, será el agricultor el que determine y elija qué herbicida será el más adecuado para su cultivo, así como usarlo solo cuando realmente se necesite.
Por otro lado, el aumento de la tolerancia a los herbicidas consigue que se potencien los sistemas de cultivo directos, es decir, sin necesidad de labranza. Este modelo fomenta la conservación de la fuerza natural de los suelos, reduciendo, de paso, las emisiones de dióxido de carbono habitual cuando se usa maquinaria para cultivar.
4. Combate las plagas
Otro de los grandes y constantes problemas que tiene que enfrentar el agricultor para defender sus plantaciones son las temidas plagas. La biotecnología aplicada a la agricultura está logrando enormes avances para resistir el ataque de determinados insectos que son capaces de acabar con cosechas enteras.
El maíz es el ejemplo más claro de ayuda biotecnológica. Las variedades de este cereal han estado modificándose hasta lograr incorporar una proteína con función insecticida, otorgándole protección natural contra cierto tipo de gusano. Otras hortalizas, como la berenjena, legumbres, como la soja, o plantas textiles, como el algodón, son otros excelentes ejemplos de incorporación de elementos mediante biotecnología para protegerse del ataque de elementos de carácter biológico.
5. Aumento de la calidad nutricional
Por último, cabe señalar el enorme impacto que ha tenido la biotecnología en relación al aumento de la calidad para una buena cantidad de productos alimenticios. Este conjunto de técnicas, procesos y métodos que utilizan organismos vivos consigue generar una mejora sustancial en las propiedades de muchos alimentos. El mejor ejemplo de este desarrollo positivo de las cualidades nutricionales se encuentra en los aceites usados para la cocina, así como en los alimentos creados especialmente para recién nacidos y niños pequeños.
La modificación de una variedad de arroz se ha logrado potenciar con beta-caroteno, que no es otra cosa que un compuesto del organismo humano que se utiliza para producir vitamina A. Al obtener de este modo esta vitamina, se están evitando millones de muertes alrededor del mundo, así como cientos de miles de casos de ceguera. Valga como un ejemplo más del enorme beneficio que ofrece, en este sentido, la biotecnología agrícola.
Este es uno de los principales resultados que se extrae del estudio Residuos de pesticidas en suelos agrícolas europeos, que ha sido realizado por diversos investigadores con el fin de analizar la presencia de un total de 76 plaguicidas diferentes en 317 suelos destinados a la agricultura.
El estudio refleja una alta contaminación con datos concluyentes como que el 83% de los suelos agrícolas en Europa contienen restos de uno o más plaguicidas o que el 58% de los suelos contienen mezclas de diferentes tóxicos.
Por ejemplo, el 45% tiene residuos de dos a cinco plaguicidas, mientras que el 13% tiene residuos de entre seis y 10 diferentes.
Y eso no es todo porque el equipo de investigadores también halló a través de este estudio 166 mezclas de plaguicidas diferentes. Unas combinaciones de las que se desconocen los efectos.
El informe igualmente recoge que en diversos puntos de los suelos agrícolas se superaban las concentraciones de residuos individuales que se habían previsto.
Una de las principales causas que está detrás del aumento del uso de plaguicidas se encuentra en la mayor intensificación agrícola que se ha vivido desde 1960, sobre todo, en cultivos como el arroz, trigo o maíz.
En la actualidad, hay alrededor de 500 sustancias activas que están aprobadas para uso en pesticidas, que suman usan ventas de 374.000 toneladas anuales.
España se sitúa en cabeza de la venta de plaguicidas a Europa. Pero, el territorio nacional no escapa a la contaminación de plaguicidas, notándose una gran cantidad de suelos agrícola que contienen entre uno y cinco plaguicidas.
Dentro de España, es Murcia la comunidad en la que mayor concentración se detecta con entre seis y diez mezclas de plaguicidas diferentes.
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