La tecnología GPS hace casi imposible perderse en la ciudad. Además, señalan el camino más corto que, en principio, también será el más rápido. Pero el GPS está diseñado para coches. ¿Qué ocurre cuando no nos desplazamos en este medio de transporte contaminante, en bicicleta, por ejemplo? ¿Y si lo que quiere el ciclista, no es el camino más corto, sino el más seguro para su modo de transporte? ¿O el que ofrezca más zonas verdes por las que pasar? Para eso se diseñó Ride the City.
La idea, cómo no, surgió en Nueva York. Aprovechando las redes sociales y la mapa interactivo que permite la colaboración de los internautas, Ride the City crea rutas seguras y respetuosas con la naturaleza por la ciudad. Las rutas se crean con la colaboración de todos los usuarios. Intenta que la ruta entre dos puntos sea la más corta, pero evitando las calles que no están preparadas para la bicicleta, las arterias de la ciudad que soportan más tráfico y las grandes avenidas sin carril-bici.
Así, se crean rutas por carriles-bici y vías verdes. Pero lo importante es que se actualizan con la opinión de los propios usuarios. Cada uno puede dar su opinión u ofrecer una ruta alternativa que haya probado. Al buscar una ruta concreta, se puede hacer la búsqueda de la más corta o la más segura.
También sirve para promocionar rutas que vayan hacia o partan desde un negocio o un evento concreto. Así, es posible incluir en el mapa la dirección de una empresa, una tienda o cualquier tipo de acto social o cultural para que los ciclistas encuentren cómodamente la ruta más segura y rápida para llegar hasta allí. La aplicación funciona en el iPhone y en los móviles con Android.
El mapa señala, además, información útil para los ciclistas, como tiendas de bicis, talleres de reparación o servicios de alquiler. Como los responsables de la movilidad urbana hacen poco o nada por facilitar este medio de transporte son los propios usuarios los que colaboran para un mejor uso de un medio de transporte que no contamina.