Una bodega que conserva la temperatura con paredes de agua


Se buscan materiales constructivos eficientes desde el punto de vista energético, paredes que no dejen pasar el frío ni el calor, de modo que no sea necesario gastar energía en calentar o enfriar la estancia. Madera, cemento, corcho… y agua. ¿Una pared de agua? Eso no es posible. Sí, si se llenan botellas. Y, además, con criterio ecológico, se reutilizan esas botellas.

Es precisamente lo que ha hecho una bodega ecológica de Australia. Su proyecto ha recibido un premio de la Oficina de Energía Sostenible más de 20.000 dólares australianos. Ese dinero servirá para mejorar el proyecto, instalando un sistema de vigilancia térmica de la bodega rodeada por botellas de vino llenas de agua.

El propietario de la bodega es Peter Little, profesor de arquitectura en la Universidad Curtin y defensor de la tecnología solar. El agua, asegura, es uno de los materiales de construcción más interesantes de este siglo, pero que nadie utiliza. Puede almacenar más energía, sea calor o frío, que cualquier otro material que conocemos.

La estructura utiliza unas 13.500 botellas de vino. Las tierras de cultivo en el que está situada la bodega Valley Wines, de agricultura orgánica, ha sido ganadora de un Premio Banskia que reconoce el liderazgo ambiental en el ámbito rural.


Hay otros edificios que usan botellas como parte de las paredes. En ocasiones, rellenas de arena, de modo que se pueden usar como una especie ladrillos. Tampoco es el primer edificio que usa botellas llenas de agua para el aislamiento. Aunque sí es una innovación el monitoreo de imágenes térmicas.

Incluso la multinacional cervecera Heineken diseñó una botella para que se pudiera recuperar y usar como ladrillos: el modelo Wobo (World Bottle, botella mundial), que se puede ver en la imagen. Por desgracia, nunca se ha vendido comercialmente. Una genial idea que no se ha puesto en práctica.

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