Hidratación extra con aceite de coco


Además de ser un alimento, el aceite de coco puede hacer mucho por nuestra piel y cabello, como saben bien en países como India y Filipinas, donde además de comerlo, se aprovechan sus propiedades cosméticas y terapéuticas.

Vaya por delante que el aceite o mantequilla de coco ha de ser virgen para obtenerse unos resultados óptimos en hidratación y nutrición del pelo y la piel, sobre todo si éstos tienen un aspecto seco, sensible o frágil.

Regenerar, calmar y equilibrar el cuero cabelludo es tan sencillo como dar un masaje con el aceite de coco, aunque aplicarlo en esta zona dificultará luego que el peinado adquiera volumen, aunque esto puede no ser un problema. Sea como fuere, quizás nos compensen los beneficios obtenidos, pues evitaremos la aparición de caspa que se forma como consecuencia de un cuero cabelludo reseco y tanto en toda la longitud del cabello como en la piel del cuerpo obtendremos una nutrición profunda.

Efecto equilibrante

Si nuestra piel es grasa deberemos utilizarlo con mesura, pues aunque su efecto equilibrante puede venirnos bien, también puede sobrecargarnos la piel de grasa. Así, los resultados dependerán de cada caso, ya que puede haber otros factores en juego que determinen su convieniencia. En todo caso, tengamos en cuenta que se trata de un producto natural resultado del prensado de la pulpa del coco.


Si observamos que nuestra piel lo tolera bien, podemos aprovechar su capacidad para aumentar la elasticidad de la dermis y así suavizar líneas de expresión y atenuar las arrugas. Incluso nos sirve para algo mucho mejor: la prevención de las mismas. En efecto, su uso habitual previene problemas típicos de la piel, desde impurezas y acné hasta los signos provocados por el paso del tiempo y la exposición solar.

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