La moda de los minicoches eléctricos en China


No sólo el Gobierno chino está invirtiendo por un futuro más respetuoso con el medio ambiente. También los ciudadanos, una creciente clase media que tiene más poder adquisitivo, pero también una cierta conciencia ecológica. Los minicoches eléctricos comienzan a proliferar en China, porque son más fáciles de aparcar, porque no contaminan y porque se ahorran costes en combustible.

El Gobierno ofrece ayudas públicas para los ciudadanos que decidan comprar coches que no contaminan. Con todo, aún son pocos los que se deciden. Los turismos eléctricos que se pueden comprar en el país asiático son muy caros para la mayoría de la población. Sin embargo, una nueva oleada de modelos de pequeños coches eléctricos está extendiéndose por el país: más pequeños y más asequibles.

Los minicoches eléctricos puede ser la mejor solución para moverse por las atestadas ciudades chinas. Un turismo convencional es demasiado caro. Y demasiado grande. Y gasta mucho, Además, se necesita carné de conducir. En cambio, los eléctricos enanos, con un diseño simple y un precio muy reducido, se pueden conducir con carné de ciclomotor.

Uno de los modelos que se venden en China es el BYD E6 (en la imagen), el eléctrico que, tras las ayudas públicas, se queda en 44.700 euros. Aún así, es un precio demasiado alto para la mayoría de los ciudadanos chinos.

La alternativa es un minicoche eléctrico que alcanza una velocidad máxima de 50 km/h y que ofrece una autonomía de unos 100 kilómetros. Sólo cuesta 3.800 euros. Poco más que una moto.

Más de 260 millones de personas se mueven en China en bicicleta, moto o en vehículos de las granjas, medios de transporte que no cumplen con las necesidades de los usuarios que cada día buscan nuevas alternativas. Ahí es donde entran los minicoches eléctricos.

Un ejemplo es la producción de Shifeng Group: cada día salen de sus instalaciones un centenar de estos vehículos. Casi no dan abasto con la demanda existente. La fábrica ha entregado un total de 30.000 unidades en 2011 y, en 2012, alcanzará las 100.000 unidades.

Bicicletas, motos eléctricas y, ahora, también, coches eléctricos. Un mercado potencialmente gigantesco que debería dar que pensar a europeos y americanos. ¿Será el transporte urbano del futuro?

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