Comer pescado contaminado con mercurio aumenta el riesgo de padecer ELA

Pescado-y-marisco
Comer pescado con altos niveles de mercurio es un peligro para la salud, es algo que ya se sabía, pero nuevas investigaciones han descubierto que, además, supone un riesgo importante de cara a contraer un tipo de esclerosis.

En concreto, podría aumentar el riesgo de sufrir ELA (esclerosis lateral amiotrófica), una enfermedad de la que se desconoce el origen, si bien la ciencia no cesa de asociarla a distintos factores, que podrían causarla.

Comer pescado y marisco con mercurio

En este caso, la contaminación del pescado y el marisco con sustancias tóxicas, concretamente con altas dosis de mercurio, tanto según este estudio publicado por la Academia Estadounidense de Neurología como por trabajos anteriores.

Como vimos con antelación, la elevada presencia de mercurio en el pescado es peligrosa, pues ingerir este metal pesado, cuya concentración es mayor en pescado de agua salada, y dentro de éstos en algunas especies, como el tiburón, el atún, el salmón o el pez espada.

Con el fin de evitar posibles problemas de salud, los expertos recomiendan evitar estos pescados o, al menos, no consumir más de dos raciones semanales. Igualmente, los mercurios son una de las principales fuentes de ingestión de mercurio.

El problema de estas especies más peligrosas por su alta concentración en mercurio radica en su almacenamiento progresivo en sus órganos de metilmercurio. Igualmente, si se quiere consumir pescado con mayor asiduidad se recomienda buscar alternativas, entre otras por ejemplo la caballa.

Por poner un ejemplo práctico, el atún en lata supera los 0.2 mg de mercurio por kilogramo, cuando la caballa ni siquiera alcanza el 0.005 mg por kilo, por lo que ésta puede sustituir al atún de forma completa o complementaria.

Por otro lado, prescindir del pescado puede suponer una carencia de ácidos grasos, especialmente aquellos que se encuentran en éste, por lo que puede recurrirse a complementos alimenticios procedentes de fuentes vegetales ricos en omega 3. Una solución interesante de cara a personas que no comen pescado de forma regular, en particular para los niños.

La ELA es una terrible enfermedad que afecta a las neuronas motoras y, en la mayoría de los casos, provoca la muerte entre dos a cinco años después de manifestarse. El reputado científico Stephen Hawking es una excepción a esta regla general, ya que sobrevive a la enfermedad desde hace más de 50 años.

Al igual que ocurre con otras enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer, la esclerosis múltiple o el parkinson, en la gran mayoría de los casos también se desconoce la causa de la esclerosis lateral amiotrófica, si bien hay numerosos estudios que señalan algunas posibles causas.

En un 90 a 95 por ciento de los casos, la enfermedad ocurre aleatoriamente, al menos es lo que parece ante la falta de más investigación. Es decir, los pacientes no tienen una historia familiar de la enfermedad.

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Por otra parte, se cree que entre el 5 y el 10 por ciento de los casos de ELA obedecen a causas hereditarias, cuando al menos uno de los padres lleve el gen responsable. De éstos, una quinta parte resulta de un defecto genético. Por lo tanto, no todos los casos familiares se deben a dicha mutación SOD1. O, lo que es lo mismo, existen otras causas genéticas que todavía no han sido identificadas.

Entre otros intentos por identificar su causa o causas de la ELA, el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO) halló proteínas fúngicas en el cerebro de pacientes que sufrieron ELA. El mismo equipo, que lleva varios años buscando la causa de este tipo de enfermedades, ha publicado también otros trabajos que vinculan igualmente las infecciones fúngicas con la esclerosis múltiple o con el alzheimer.

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