El agua de boniato, un desecho que podría revolucionar las dietas adelgazantes

Boniato
Es más que sabido que en las cocinas domésticas se generan más desechos de los necesarios, y el problema cobra también unas dimensiones tremendas cuando descubrimos desechos industriales de tipo alimentario. En este caso, se trata del agua procedente de la cocción del boniato, un desecho que pese a encontrar distintas maneras de reutilización sigue desperdiciándose de forma importante.

La buena noticia es que eso puede cambiar antes de lo imaginado, concretamente a raíz de los resultados de un estudio que ha encontrado en esta agua mágica una manera de mantener a raya los michelines.

Eficaz en dietas altas en grasas

Sus efectos se han comprobado solo en ratones, pero se espera seguir avanzando con nuevas investigaciones con el fin de poder comprobar los resultados también en seres humanos. Sus usos prácticos estarían relacionados con las dietas adelgazantes que se llevan a cabo con fines estéticos y también relacionados con la salud.

Realizada por científicos japoneses, la investigación prueba que el agua sobrante de la cocción de los boniatos reduce los niveles de grasa y, por ende, también el peso. Algunos de los roedores utilizados en el experimento aprovecharon de forma ventajosa el péptido de boniato y, al cabo de un mes y de forma inesperada presentaron un peso corporal significativamente menor aun a pesar de que su dieta era alta en grasas.

El péptido de boniato sería la clave, por lo tanto, un principio activo del agua con almidón obtenida de su cocción tras producirse por la digestión enzimática. Una hallazgo que puede traer mucha cola, aunque todavía se ha de seguir investigando.

Por contra, el grupo de roedores que mantenían esta misma dieta, salvo dicho componente, no experimentó dicho control de peso. Una gran sorpresa para los investigadores, que por ahora tienen claro que este péptido está interfiriendo en la digestión de las grasas.

Uno de sus efectos es positivo, a la luz de los resultados, pero también es cierto que se necesita ahondar en este fenómeno para conocer más al respecto. En concreto, se tiene especial interés en saber si el efecto también se observa en los seres humanos.

Si fuera así, una dieta alta en grasas podría no ser sinónimo de obesidad incorporando a la dieta el mencionado péptido de boniato, obtenido a partir de las aguas sobrantes durante el cocinado, con lo que también sería un gesto ambiental interesante.

Beneficios para la salud

El hecho de que el peso no haya corrido parejo a la ingesta de grasas también supuso una serie de beneficios para la salud de los roedores. osbservándose niveles bajos de colesterol y triglicéridos, así como niveles saludables de adiponectina, regulador del síndrome metabólico y la peptina, una sustancia responsable del control del apetito.

Cultivo-de-boniato
Además, se pesó a los animales y se midieron las grasas y el hígado, concluyendo que el péptido ayudaba a que éstos fuesen menores, además de reducirse el colesterol y triglicéridos. A su vez, aumentaron las hormonas que controlan el hambre, con lo que puede afirmarse que éste reduce el apetito y mejora la metabolización de los lípidos.

Así es, al menos, en los ratones que llevaban dietas altas en grasa, por lo que debería probarse su efecto en una dieta equilibrada o con otras características, abriéndose numerosos interrogantes.

Beneficio ambiental

Los prometedores resultados han sido valorados como un gran éxito, pues se han superado con creces las expectativas que se tenían con este estudio, iniciado para encontrar una forma interesante de aprovechar estos residuos. En palabras del líder de la investigación, Koji Ishiguro:

Estos resultados abren nuevas opciones para el uso de estas aguas residuales, constituyendo una alternativa con grandes posibilidades para la mejora de la salud de las personas, en lugar de descartarlas. Esperamos que estas proteínas que se encuentran en el agua de cocción se utilicen pronto como ingrediente o complemento alimentario.

El cultivo de patata dulce es el octavo más importante del mundo, con una producción anual de más de 100 millones de toneladas métricas, según el Centro Internacional de la Patata (CIP) y el agua residual suele desecharse y resulta perjudicial para el entorno.

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