El uso de los pesticidas es un tema que tiene que abordarse de una manera seria y rigurosa. Las últimas investigaciones han vuelto a alertar de sus consecuencias en el medio natural porque se ha detectado que siguen estando presentes, aunque se hayan prohibido desde hace tiempo. Es el caso del pesticida DDT, cuya utilización no está permitida desde hace 50 años, pero que continúa estando presente en lagos remotos.
La investigación
La investigación realizada en la Universidad de Mount Allison ha puesto de manifiesto que el pesticida DDT persiste en lagos remotos. Su presencia preocupa por los niveles detectados a pesar de haberse prohibido hace 50 años, ya que afecta a las especies acuáticas y, en consecuencia y potencialmente, a las redes de alimentos de todo el ecosistema.
La investigación ha permitido comprobar así que el uso de los insecticidas en los bosques de coníferas ha dejado una huella en estos lagos –se han analizado los sedimentos de un total de cinco en diferentes cuencas hidrográficas del centro-norte de New Brunswick (Canadá)-, que todavía perdura, siendo probable que también persista en otros lagos del este de América del Norte.
Los niveles de DDT en los sedimentos del lago estaban entre los más altos hallados en las áreas previamente pulverizadas de Canadá y Estados Unidos y no solo en los sedimentos correspondientes a los años de uso. Su presencia también se ha detectado en los sedimentos más modernos por encima de niveles que se consideran dañinos y que tienen consecuencias negativas en el entorno.
Estos efectos biológicos adversos se han dejado sentir, por ejemplo, en especies como la pequeña pulga de agua, Daphnia sp, cuya presencia ha disminuido, coincidiendo su menor población con el aumento del DDT. Un hecho que es también importante porque esta pulga de agua forma parte de las redes alimenticias lacustres.
¿Cuándo se empleó?
El DDT se utilizó entre los años 1950 y 1970 en los bosques de esta zona de América para controlar los brotes de insectos que se producen naturalmente. Su aplicación se hizo a través de aviones, pero el DDT es muy persistente, lo que ha favorecido su llegada a los lagos desde zonas de su entorno.
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