Greenpeace vs Volkswagen

Volkswagen escanda
Dicen que después de la tormenta llega la calma, pero en el escándalo del grupo alemán Volkswagen parece no encontrarla. El que es actualmente el mayor fabricante de vehículos del mundo anda queriendo poner parches a sus desmanes tras la manipulación de las emisiones de gases contaminantes facilitada por un programa informático instalado en millones de vehículos.

Sin embargo, las aguas andan revueltas, y no parecen querer tranquilizarse. Al tiempo que se van conociendo los pormenores del caso, tanto los propietarios de los automóviles afectados como las autoridades de todos los países donde se han vendido vehículos manipulados están a la expectativa de conocer cuáles y cuántos son los coches afectados y en breve deben mover ficha.

Que el escándalo, desvelado el pasado día 19 (curiosamente, dentro de la Semana Europea de Movilidad, y solo tres días antes del Día Sin Coches), le costara el puesto al presidente del grupo, Martin Winterkorn, fue solo el principio de un culebrón que tiene entre sus damnificados a una víctima principal: el medio ambiente y, por extensión, nuestros pulmones y la salud del planeta.

Pinocho a escena

Como no podía ser de otra manera, al enterarse de la crisis provocada por el trucaje de motores para trampear las emisiones Greenpeace ha saltado como un resorte.

Después de lo que había luchado años antes para denunciar la falta de compromiso del gigante alemán en la lucha contra el cambio climático, la crisis le ha venido de perlas y no ha dudado en montar su ya tradicional y bendito espectáculo mediático.

¿Cómo lo ha hecho esta vez? La analogía con Pinocho ha servido para afilar la nariz del grupo Volkswagen y acusarle de haber mentido. Es decir, de lo que ellos mismos se habían autoacusado.

Y es que ser mentirosos, en esta ocasión es una confesión no una acusación, aunque el problema no ha venido de nuevas para la ONG ecologista. Tal y como demuestras sus denuncias en los últimos años, el tema ya les olía a chamusquina.

Mar de fondo

Desde el año 2011 Greenpeace está denunciando que Volkswagen era contrario a recortar las emisiones de CO2 en sus vehículos. Entonces fue cuando decidió parodiar un vídeo de la compañía alemana para reprocharle su falta de compromiso en la lucha contra el cambio climático.

Tubos escape coche
El vídeo, que nos muestra a unos niños disfrazados de personajes de Star Wars rodeando un coche para neutralizar la fuerza oscura, que representa el coche, es ahora cuando se ha vuelto viral, coincidiendo con el escándalo.

Como puede verse al pie del post, el vídeo es una parodia de aquel otro anuncio original, en el que un padre hace creer a su hijo, disfrazado de Darth Vader, que puede mover el coche con su pensamiento.

Ahora, el vídeo ha cobrado un nuevo significado, y quien parece haber tenido no poderes telequinéticos sino habilidades telepáticas no es otro que el mismo Greenpeace. O, al menos, una gran intuición, al subrayar que había mucho mar de fondo. La punta del iceberg era solo eso, una pequeña parte de lo que había escondido.

Ya entonces, hace ya un lustro, Volkswagen era contrario a los recortes en los vehículos de diésel de emisiones de NO2 (dióxido de nitrógeno, un gas que contribuye de forma significativa a la contaminación atmosférica y el calentamiento global.

Sus reproches por su falta de implicación para combatir el cambio climático adoptaron en 2010 la forma de una investigación publicada por Greenpeace en la que se denunciaban sus malas prácticas. Básicamente, se contraponía una retórica verde muy hinchada que no se correspondía con la realidad. De hecho, hace cinco años Greenpeace denunciaba que solo una ínfima parte de sus ventas correspondían a sus coches menos contaminantes. «A pesar de su retórica verde, Volkswagen se opone a dos normativas europeas vitales en materia de cambio climático», concluía premonitoriamente el informe.

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