Ladrillos de sangre


Sueno un poco macabro. Pero el objetivo es práctico. La idea es de un joven arquitecto llamado Jack Munro. Se trata de usar sangre para fabricar ladrillos. Según el propio Munro, la sangre de animal es uno de los materiales de desecho más abundantes del mundo. Es la sangre drenada de los cadáveres de los animales que, habitualmente, se desecha o se incinera. Sin embargo, es un producto potencialmente útil… no sólo para hacer morcilla.

Munro ha llevado a cabo un exhaustivo estudio para probar su hipótesis, analizando las propiedades de la sangre de los animales que podrían usarse en construcción en zonas subdesarrolladas donde los materiales tradicionales de construcción son escasos y caros.

Una vaca puede producir unos ocho litros de sangre después de que sacrificarse. Munro recogió la sangre de cuatro vacas para realizar sus primeras pruebas. Añadió un agente antibacteriano para evitar el crecimiento de hongos y poder mezclar la sangre con arena. Después, vertió la mezcla en un encofrado sencillo que introdujo en el horno a una temperatura relativamente baja (a sólo 160 ºC).

Tras una hora de cocción, las proteínas de la sangre se habían coagulado y habían formado una masa insoluble y consistente en su unión con la arena. Las pruebas de compresión sugieren que no es una mezcla que permita fabricara ladrillo muy fuertes, pero sí son impermeables y resisten la erosión.

Munro cree que sus ladrillos pueden ser una solución para los climas áridos de regiones como el Oriente Medio, donde, normalmente, se utilizan ladrillos de adobe. Ha presentado su idea a una fabrica de ladrillos en Siwa, Egipto. La agricultura de dicha región peligra por el avance del desierto del Sáhara. Así, las fábricas de ladrillos podrían ser una alternativa de trabajo para sus habitantes.

Y, sobre todo, se reutiliza un desecho, lo que resulta ecológico y sostenible.

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