Alternativas ecológicas a regalos convencionales


Adquirir objetos para regalar cada vez que tenemos un cumpleaños o cualquier otra fecha señalada no es un gesto demasiado amigo del medio ambiente, resulta obvio. El consumismo en el que vivimos inmersos nos lleva y nos trae a placer, anulando nuestra voluntad en cierto modo en pequeñas acciones como éstas, por lo que os proponemos algunas alternativas para poder contrarrestar esta inercia que casi todos padecemos.

Si no sabes por dónde empezar, una idea interesante de la que pueden surgir un buen número de regalos es darle un buen repaso a nuestra propia casa. Te sorprenderás al comprobar cuántos objetos tienes en el trastero, o, lo que es lo mismo, en el limbo, sin utilizar prácticamente nada o directamente nada de nada. ¿Entonces, por qué no regalarlos?

Incluso objetos viejos -que no vetustos, se sobreentiende, o sea, en buen estado- que parecen dormir la noche de los tiempos pueden ser un auténtico alegrón para esa persona especial a la que no sabíamos que regalar. Un viejo tocadiscos o discos de vinilo, ahora tan de moda, algún vino añejo, ese exprimidor de naranjas casi intacto en su caja, juguetes o algún objeto de estilo vintage, pongamos por caso, harán las delicias de quien sepa valorarlos como merecen.

Regalar tiempo

Otras opciones que también ayudan a cuidar el planeta van por el lado del apadrinamiento, bien sean niños o especies en peligro de extinción (support.wwf.org.au), como los koalas (koalahospital.org.au), hasta animales necesitados de ayuda, ya sea un perro o gato de una protectora o un burrito (elrefugiodelburrito.com), según los gustos del destinatario del presente.


Ponerle el nombre a una estrella -el de nuestro amigo o una palabra que tenga un significado especial para él- es una preciosa manera de demostrar tu afecto al tiempo que se hace un regalo original, un producto comercializado por la empresa Starunitedregistry.

Por último, podemos plantearnos regalar tiempo, un recurso tan escaso como valioso, para hacer actividades como plantar un árbol o flores juntos, dar un masaje o pasar una tarde recordando buenos tiempos mirando álbumes de fotos en torno a una pequeña merienda…

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