Cuántas veces se ha intentado definir el arte… Misión imposible. ¿Es arte todo lo que está dentro de un museo? ¿No hay arte fuera de ellos, en las calles? ¿Los grafitos no son una forma de expresión artística? En todo caso, tal vez sí se esté de acuerdo en lo que lleva a una persona a embarcarse en la realización una obra de arte: una necesidad de expresión, de comunicación, de desahogo, incluso.
El arte es basura. Eso es lo que piensa Francisco de Pájaro, nombre inventado (?) de un artista callejero, que pinta sus cuadros sobre cartones, maderas y otros materiales de desecho y los exhibe en la calle. Aunque hay otra forma de definirlo: hace arte con la basura, aprovecha los desechos de la ciudad y los convierte en arte. Recicla, en una palabra.
Francisco de Pájaro nació en Zafra, Badajoz, España, en 1970. Después de una temporada en Londres, en la actualidad vive y realiza su trabajo en Barcelona. Cualquier viandante puede toparse con sus creaciones mientras pasea por las calles de la Ciudad Condal. Está labrándose una cierta fama en la citada ciudad, aunque, según sus propias palabras, se debe más a que es de los pocos (¿casi el único?) artistas callejeros que aguantan la presión policial a cualquier otra razón. La verdad es que las leyes, a veces, son incomprensibles. Es lícito contaminar hasta poner en riesgo la salud de los ciudadanos, pero te juegas una multa si aprovechas la basura para pintar. Francisco ya tiene un buen número de ellas por pagar y por eso, y por otras causas, prefiere el anonimato.
Porque, aparte de su valor artístico, que ya juzgarán los críticos de arte, o los aficionados, o los viandantes, los trabajos de Francisco de Pájaro son una suerte de protesta ante tanto desperdicio producido por la sociedad de consumo y ante unas calles que ya no están hechas para ser disfrutadas por la ciudadanía.
Además de en las calles de Barcelona, sus obras se pueden ver en su página web y en un canal de YouTube llamado «El arte es basura». Y, tal vez, algún día, en los museos más famosos del mundo. Aunque quizá no sea lo que le gustaría a este artista del desecho.
