La investigación llevada a cabo en el seno del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Huelva (UHU) ha permitido mejorar compuestos biodegradables derivados del trigo, convirtiéndolos en una alternativa a los plásticos.
Estos materiales derivados del gluten se han conseguido añadiendo al proceso de elaboración compuestos de pequeño tamaño con el fin de aumentar su permeabilidad y absorción.
Así se pretende que no se vean afectados cuando llueve, de manera que no se moje el contenido de la bolsa fabricada con ellos ni se altere su forma al ablandarse e, incluso, se desintegre al contacto con el agua.
También se ha conseguido reducir el tiempo de degradación, que es uno de los principales inconvenientes del plástico convencional. De esta forma, los compuestos con gluten de trigo se degradan antes. En concreto, se ha reducido el tiempo de degradación en 50 días.
Sus ventajas van todavía más allá puesto que con estos materiales no se emplean disolventes, aparte de producirse un ahorro energético durante su procesado.
La investigación desarrollada es especialmente importante porque estos materiales con gluten de trigo podrían sustituir al plástico convencional en múltiples de sus usos diarios.
Por ejemplo, sería posible utilizarlos para envasado y embalaje de productos en la industria, aparte de ser empleados en los dispositivos para la liberación de medicamentos de forma controlada o para la aplicación de fertilizantes en la agricultura para que el proceso sea mucho más efectivo.
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]]>El IRTA está trabajando en una nueva generación de variedades de trigo harinero, que se caracterizará por ser resistente al estrés hídrico, que se prevé en las próximas décadas de forma generalizada en la cuenca Mediterránea por el efecto del cambio climático.
La investigación se centra también en conseguir que este grano sea de alta calidad con el fin de que responda a las exigencias y necesidades de la industria de este sector.
Para ello, dentro de este estudio, se está trabajando con variedades tradicionales, principalmente locales, que se han ido adaptando a las condiciones climáticas del territorio a lo largo del proceso de migración del trigo hasta su llegada la Península Ibérica hará alrededor de 7.000 años.
Además, el estudio también está investigando con variedades más modernas. En total, son más de 350 clases de trigo las que están siendo analizadas y estudiadas con el fin de conocer caracteres relacionados con el rendimiento y sus componentes como el número de espigas por planta, el número de granos por espiga o el peso del grano.
Igualmente se atiende a la fenología, si la floración es temprana o tardía y los caracteres que están directamente relacionados con el estrés hídrico. A su vez, se estudian los marcadores moleculares para identificar aquellos que permitan aumentar la eficiencia en la selección.
Estos estudios se están haciendo en campos de ensayo que se localizan en Lleida y en Turquía para conocer el comportamiento de las variedades de trigo en secano. De esta manera, se identificarán las variedades más resistentes a la sequía y las características fisiológicas de la planta.
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