No sé cómo no se ha inventado antes este curioso banco, y no sólo por lo sencilla que es la idea de aplicarle una ruedecita para facilitar su movilidad, sino también por lo práctico que puede llegar a ser.
Este banco con rueda incorporada a modo de carretilla se revela como la evolución del banco de madera de toda la vida porque, sin duda, ofrece un sinfín de posibilidades gracias a su facilísimo traslado en un santiamén.
Que deseamos sol o buscamos la sombra, que queremos medio banco soleado y el otro medio no, el banco es un inventazo. O, por qué no, si queremos estar un rato sentados en algún lugar donde no hay sillas, situarnos en un punto o en otro o divertirnos trasladándolo con alguien sentado encima… También nos soluciona la papeleta: el banco Weltevree (nombre con el que se ha comercializado) remedia rápidamente el problema.
De madera reciclada
Eso sí, como mobiliario urbano no resultarían nada seguros, y mucho me temo que en lugar de rodar, volarían, pero también es cierto que más de una vez, y más de dos, he echado en falta un banco como éste. Aunque su movilidad igualmente permite guardarlo para conservarlo durante más tiempo, en el caso de un particular.
El creador de este divertido y funcional mueble realizado con madera ecológica es Rogier Martens, y su segunda ventaja ecológica, según éste, no es otro que su multifuncionalidad. Es decir, gracias a su increíble transformación se consigue un uso más intensivo, por lo que conseguimos una mayor reutilización que redunda finalmente en un ahorro de recursos y también económico.
¿Que si sirve de carretilla? No veo por qué no, aunque no esté concebido para esto, precisamente, si bien podría trasladarse alguna que otra cosa en él, si se dieran las circunstancias. ¿Porque, es un banco con forma de carretilla o justo al contrario?