Los beneficios del reciclaje

Simbolo del reciclaje
Si entendemos el reciclaje como concepto, es decir, al margen de usos y abusos cometidos de forma ilícita, sus beneficios son más que evidentes. Aunque reutilizar y reducir siempre es mejor opción que reciclar (las tres erres ecológicas), lo cierto es que el proceso del reciclaje ayuda a ahorrar recursos y a cuidar el bolsillo en el ámbito privado o doméstico. A nivel industrial, como es sabido, el reciclaje reporta pingües beneficios.

Centrándonos en las ventajas del reciclaje doméstico, los beneficios ambientales que obtenemos son más bien cuestión de estadística. Así, el hecho de que hagamos el esfuerzo de separar los desechos para luego echarlos en sus respectivos contenedores tiene premio a nivel ambiental, pero para que valga realmente la pena hemos de hablar de datos generales. En este caso, podríamos decir aquello de que un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.

Beneficios económicos

En clave de ahorro económico, en nuestros hogares podemos reciclar un sinfín de objetos para transformarlos en algo que nos sea de utilidad. Desde coleccionar corchos para hacer una esterilla hasta convertir una rueda en columpio o, por ejemplo, un palé en un mueble de comedor o jardín.

El beneficio es doble, pues además de dar una segunda vida al objeto (ahorro de recursos) conseguimos ahorrar el dinero que hubiéramos gastado comprando otro similar que hiciese su misma función, al tiempo que evitamos la polución, el despilfarro de energía y la huella de carbono que conlleva desecharlo. De un modo similar, el reciclaje de productos industriales permite su reutilización, si bien la ganancia es a gran escala, y lo mismo ocurre con la actividad que se lleva a cabo en las secciones de los vertederos especializados en reciclar.

Beneficios ambientales

Cuidar el planeta es el gran beneficio del reciclaje. Puesto que podemos reciclar innumerables objetos y materiales (vidrio, plásticos, ropa, papel, etc.) las ventajas ambientales se traducirán en muy distintos beneficios para el medio ambiente.

Los ejemplos son casi infinitos. Por ejemplo, el reciclaje de papel se traduce en un tremendo ahorro de energía y en una menor polución, pues las industrias papeleras contaminan los ríos gravemente. A su vez, lógicamente, se evita la tala de árboles, si bien de nuevo hay que recordar que mejor que reciclar es ahorrar papel, concienciarse al respecto para, por ejemplo, imprimir sólo lo estrictamente necesario o hacerlo a dos caras.

Contenedores de reciclaje
El reciclaje del agua también se traduce en beneficios inmensos, y otra vez hay que señalar que gastar menos es mucho más verde que reutilizarla tras someterla a procesos de depuración. Y, del mismo modo, el ahorro de energía y en general el uso de productos de reciclaje supone emitir menos gases de efecto invernadero. A nivel macro, la reducción de la huella de carbono puede hacer una gran diferencia que ayude a frenar el avance del cambio climático.

Las equivalencias entre reciclaje y ahorro energético son ilustrativas y animan a reciclar, aunque no siempre las buenas prácticas ciudadanas se traducen en un reciclaje efectivo. Sin ir más lejos, en España no se recicla todo el plástico desechado, ni mucho menos. En bolsas de plástico, tan sólo se recicla el 11 por ciento. Tremendo…

De reciclarse todo el plástico desechado, los beneficios superarían los 2.000 millones de euros, y se crearían 30.000 puestos de trabajo, denuncia PlasticsEurope. Por lo tanto, no hacerlo supone un lucro cesante en clave ambiental y económica.

Traducido a ahorro energético, reciclar sólo una pila de periódicos permite calentar una casa durante unas 12 horas, mientras una lata de aluminio se traduce en mantener encendidos una tele o un ordenador durante tres horas. Por último, si la industria recicla, en ocasiones los consumidores también salen ganando, pues los productos se abaratan.

Reciclaje,
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