Hay pocas cosas más liberadoras que dar tijeretazos a la ropa, sobre todo si estamos hartos de ella y vamos a convertirla en retales o, por ejemplo, en algo muy parecido pero distinto al mismo, como ocurre con los pantalones vaqueros que transformamos en un short.
¿Pero, cómo hacerlo? Es tan sencillo como parece, lo que significa que basta con cortar a la altura que nos apetezca para conseguir que nuestros viejos pantalones vaqueros tengan una segunda vida, esta vez mucho más veraniega.
Paso a paso
Por fácil que sea, mejor no ir a lo loco y seguir unos pasos básicos para que una pernera no acabe siendo más larga que la otra. De este modo, primero doblaremos unos vaqueros largos con cuidado, justo por donde queremos cortar, comprobando la distancia es idéntica para ambas piernas.
Para más seguridad, marcamos por donde haya que cortar, aproximadamente unos 10 centímetros por debajo de la entrepierna, como medida orientativa, por supuesto. Luego, una vez estén cortados, coseremos el borde concienzudamente, sobre todo si queremos evitar que se deshilachen.
Si, por contra, nos gusta el efecto deshilachado, que se vean rotos y como desgastados, también podemos hacerlo fácilmente. Simplemente, hemos de coser sin hacer dobladillo, y luego frotarlo sobre la tela haciendo movimientos circulares o verticales con una lija, piedra pómez, lima de uñas o, por ejemplo, con un rallador de cocina.
También queda bien arrancar uno o ambos bolsillos traseros tras haberlo blanqueado con lejía rebajada con agua que habremos repasado con un viejo cepillo de dientes. Así, al quitar el bolsillo quedará más oscura la zona que queda al descubierto, un efecto estiloso. Por último, el deshilachado se consigue sin coser el borde demasiado, como hemos apuntado, y será más acusado tras varios lavados.