Diferencias entre tejido natural, artificial y sintético


Vestirse de forma verde no es tan sencillo como parece. Además de guiarnos con los distintos sellos ecológicos que garantizan un proceso de fabricación sostenible, es fundamental conocer las diferencias básicas entre los tejidos naturales artificiales y sintéticos.

Ser un consumidor consciente e informado no es sencillo, sobre todo si intentamos averiguar datos que normalmente no se reflejan en las etiquetas o, si se hace, en ellas no siempre obtenemos toda la información buscada. Por lo tanto, cuanto más conozcamos sobre la procedencia de los tejidos más fácil nos resultará hacer una buena compra y esquivar la publicidad engañosa.

Básicamente, podemos decir que los tejidos pueden estar hechos con tres tipos de fibras: naturales, artificiales y sintéticos, siendo cada una de ellas de muy distinta procedencia, tal y como vamos a explicar a continuación.

Los tres tipos de fibras

Las fibras naturales de origen animal (lana, seda…) o vegetal, es decir, las de algodón, lino, cáñamo, etc., sufren un proceso de transformación mecánico tras el cual sufren un mayor o menor tratamiento químico, que puede ser nulo. Pero no nos engañemos, porque si bien estas fibras son preferibles en general, no todas cumplen los requisitos de las prendas orgánicas, y la sostenibilidad en su producción es otro de los problemas que todavía están pendientes de resolver de cara a lograr una transparencia informativa al consumidor.


Por su parte, las fibras artificiales se producen a partir de distintos recursos naturales (celulosa) sometidos a transformaciones químicas de diversa índole que, además, precisan de un uso intensivo de agua.

El poliéster, nailon, acrílico, spandex y demás fibras sintéticas provienen del petróleo, que no sólo es un recurso no renovable sino también de carácter plástico, por lo que su impacto ambiental es importante. Además, lógicamente, producirlo significa un despilfarro de energía.

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