Edificio que genera toda su energía con algas


El edificio se levanta en la ciudad de Hamburgo, Alemania, y es el primero que se puede considerar verde en los dos sentidos de la palabra: es ecológico y su aspecto externo tiene tiene ese color gracias a las algas que lo cubren y que generan la energía que necesita para funcionar. El edificio tiene cuatro pisos y quince apartamentos.

La calefacción y la refrigeración del edificio se consigue gracias a la energía proporcionada por microalgas. Así, las fachadas son biorreactivas: paneles de vidrio llenos de microalgas que crecen al recibir la luz del Sol y recibir agua, nutrientes y dióxido de carbono.

Cada uno de estos paneles, 129 en total, tiene un tamaño de 2,5 x 0,7 metros y se pueden mover para situarse frente al Sol y así ser más eficientes a la hora de generar energía. Las algas se desarrollan y, no sólo producen energía, sino que también sirven como aislamiento. Es la casa BIQ (Bio Intelligent Quotient), pionera en el mundo.

En un centro de gestión de energía se recolectan las algas y el calor solar para almacenarlo y utilizarlo para generar agua caliente. Las algas son, en primer lugar, biomasa, con la que se puede generar energía transformándolas en biogás. Y, por otra parte, las algas acumulan el calor que recogen del Sol.


Las algas han sido recogidas en un río cercano y, después, cultivadas en laboratorio. Dentro de los paneles, se les alimenta con dióxido de carbono (CO2) y nutrientes. Todo el sistema está automatizado.

Para el verano y para el invierno

Cada tanque es como un panel solar que se puede dirigir hacia el astro rey. En verano, cuando las algas crecen, hacen sombra al edificio y lo enfrían y lo aíslan del ruido del exterior.

El calor sobrante se almacena en una solución de agua con sal que se ubica bajo el edificio para, posteriormente, usar ese calor. Cuando las algas han crecido lo suficiente, se extraen para producir biogás y generar calor durante el invierno.

La única pega de este sistema es el coste. Se han invertido 6,5 millones de dólares (casi 5 millones de euros), aportados por la Internationale Bauausstellung (IBA), una institución del Gobierno alemán que impulsa el desarrollo arquitectónico y urbanístico. Pero, el coste irá disminuyendo si se construyen edificios similares. Éste es el primero que se habita. Ojalá no sea el último.

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