Ideas para reciclar papel impreso

Origami
Consumir el menor papel posible a la hora de imprimir o, todavía mejor, no hacerlo si no es necesario, es un gesto eco-amigable que todos conocemos. Otra cosa es llevarlo a cabo, algo mucho menos habitual. Sin embargo, siempre puede mejorarse, y muy probablemente conocer nuevas ideas para reciclar el papel nos ayudará a encontrar una nueva vida para el papel impreso.

Por lo tanto, después de recordar que siempre es mejor no consumir que reciclar y que el mejor reciclaje es volver a imprimir por la otra cara, aprendamos algunas ideas para reciclar el papel que finalmente acaba en la papelera. Además, lamentablemente, separar el papel e introducirlo en el contenedor correspondiente (azul en España) no significa que vaya a ser reciclado, pues en muchas ocasiones no se hace y acaba polucionando.

Libretas con papel gastado

A la hora de reciclar el papel en la oficina nos encontramos con el problema de la cantidad ¿Qué hacer con tantos folios? Si buscamos mejorar nuestra actitud verde, lo primero debería ser revistar nuestros criterios a la hora de imprimir. No es muy original imprimir por el otro lado, pero sí puede llegar a ser tremendamente práctico, hasta el punto de ahorrarnos la mitad de folios y también tener que reponer tan a menudo el papel.

Si no queremos o no podemos hacerlo por requerimientos propios de nuestro trabajo o por normas de la oficina que no está en nuestra mano cambiar, hay otra manera de aprovechar esa parte de la hoja que queda en blanco. En este caso sí es una idea original y a la vez práctica. Se trata de hacer libretas con hojas gastadas.

Reciclar papel libreta
La encuadernación puede ser inexistente, en cuyo caso solo habríamos de acumular folios gastados para luego ir gastándolos por el otro lado para tomar notas. En caso de querer encuadernarlas simplemente perforamos e introducimos un gusanillo, anillas o realizamos una encuadernación más artesanal con algún hijo o retal de tela convertido en un divertido lazo que sujete las hojas.

Por último, la cuestión de la tapa es optativa. Depende del uso que vayamos a darle y de las ganas que tengamos de hacer una bonita libreta. Con esmero e imaginación es posible convertir un cartón en originales tapas, y servirnos de anillas, gusanillo o tela para obtener un resultado muy cuco. Incluso es posible forrar el cartón con tela o añadirle objetos reciclados como botones o o recortes de revista y también podemos jugar con distintos tamaños.

Útil en las mudanzas

Más allá de hacer un sinfín de libretas de anotaciones de forma fácil, las hojas impresas son una excelente materia prima para otras muchas aplicaciones cotidianas. A nivel práctico, si estamos pintando la casa podrían servirnos para no manchar el suelo o, si preparamos la mudanza, nos ayudarán a embalar objetos delicados, tanto para rellenarlos como para separarlos y almohadillarlos dentro de sus cajas.

Del mismo modo, si los convertimos en bolas serán perfectas para evitar que los zapatos se deformen cuando vayamos a estar un tiempo sin usarlos o, por qué no, servirán de relleno para hacer un peluche o cualquier otra manualidad similar que necesite un relleno.

Bisutería, origami y un lapicero

Además, como puede verse en las imágenes que abren el post, con un poco de maña e imaginación el papel puede ayudarnos a completar unos pendientes y convertirlos en bisutería realmente original o en una pequeña escultura o figura de origami que será la mar de decorativa.

A la hora de forrar esto o aquello no suele quedar bonito, hay que reconocerlo, pero en un escritorio de oficina puede encajar e incluso resultar divertido. Una idea, por ejemplo, es convertir un tubo de papel de baño en un lapicero o, si nos parece que queda pobre, unir varios y después de forrarlos con papel impreso, -solo o en combinación con tela, papel de colores, etc.-, para finalmente pegarlos: tendremos un lapicero genial y ni siquiera necesitaremos hacerle un fondo, pues la mesa actúa como tal.

Deja una respuesta