Sin duda, los pantalones vaqueros que no usamos por cualquier motivo y nos resistimos a tirar, pueden salir del oscuro armario para vivir una nueva vida de lo más sorprendente.
Las posibilidades son tremendas y los resultados dependerán de tus ganas de hacer locuras o simplemente de ser práctico, sin necesidad de más. Unas tijeras, aguja e hilo y una buena idea puede convertir un trozo de tela vaquera en una bolsa, en una cartera, en un forro de carpetas o en una funda para el teléfono móvil, pongamos por caso.
La parte superior, es decir, eliminando las perneras, resulta muy fácil de convertir en una bolsa, a la que añadiremos un asa o un par de ellas. Aprovechando los bolsillos obtendremos precisamente eso, unos cuantos compartimentos útiles para guardar cosas.
Las mismas perneras sirven para hacer más bolsas, si lo deseamos, cosiendo una parte y colocando un simple cordón o asas en la otra. Y, por supuesto, el vaquero admite todo tipo de decoraciones con pintura, bordados, etc., si bien queda perfecto tal cual.
Los bolsillos también dan mucho juego por sí mismos, tanto recortándolos y colocándolos aquí y allí para añadir compartimentos en telas murales o en bolsas, como en solitario, doblados sobre sí mismos para hacer una protectora funda de móvil.
Los más manitas podrán hacer auténticas virguerías utilizando la tela para forrar lo que se tercie, desde almohadones hasta o para confeccionar muñecos tipo peluche o para crear cualquier otro juguete relleno de un material blandito con algodones, tela o papel de periódico y revista.
Combinarlo con otros recortes de tela de colores llamativos o de estilo vintage para hacer modernos cubres para camas o sofás o incluso hacer una pantalla para una lámpara son otras posibles ideas.