El multimillonario, filántropo y cofundador de la empresa Microsoft, Bill Gates, nos sorprendía recientemente presentando un libro llamado “Cómo evitar un desastre climático”. En él, expone una serie de recetas y herramientas para poder detener el deterioro de nuestro planeta y reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
La aparición de este libro coincide con un informe reciente de la ONU que alerta de una crisis ecológica con afectación a tres elementos: calentamiento, pérdida de la biodiversidad y, por supuesto, contaminación. Todo ello se considera una triple emergencia para el medioambiente y, según sostiene António Guterres, secretario general de dicha organización, la causa es que no se han cumplido plenamente los objetivos establecidos a nivel mundial para proteger el planeta, poniendo como ejemplos la deforestación o la sobrepesca.
Un optimismo moderado
Sin embargo, el propio Gates nos ofrece una visión más optimista del futuro (siempre y cuando, claro está, se sigan sus recomendaciones), ya que considera que todavía estamos a tiempo de evitar algunos de los peores escenarios posibles, máxime cuando ya se llevan dando diversos avances en los últimos años, como la aparición de energías limpias y el compromiso de algunos gobiernos e instituciones internacionales. Todo ello es un escenario bien diferente del que plantea la ONU, que considera en el citado informe que el planeta está llegando a un punto de no retorno.
No es la primera vez que, desde el sector privado, o personas relevantes de la sociedad civil, ponen en marcha iniciativas o apoyan algunas existentes, más allá de las simples recomendaciones o imposiciones de los organismos públicos. Por poner un ejemplo, son muchas las corporaciones que han apoyado iniciativas como la de El Día Mundial de la Tierra (World Earth Day), realizando una importante concienciación para que los pequeños cambios se conviertan en una acción a gran escala en el planeta.
Sin embargo, el propio Gates ha despertado ciertas controversias al respecto de su compromiso con el medioambiente. Por un lado, se le acusa de ser un tanto hipócrita, ya que sus desplazamientos con avión privado son una fuente de contaminación que no cuadra especialmente con las sensibilidades ecológicas que dice defender. Por otro, algunas de las medidas que propone resultan entre poco atractivas y escasamente realistas, como sería, por ejemplo, una de las recomendaciones de su libro: que los países mejor situados económicamente pasen a consumir únicamente carne sintética.
Herramientas para cada apartado y anhelo por nueva tecnología
Pero, centrándonos en sus recetas, Gates, en las más de 300 páginas de su libro pretende hacer cierta pedagogía para conseguir un ambicioso objetivo: llegar a reducir hasta cero las emisiones de gases de efecto para el 2050 (recordemos que hoy se calcula que lanzamos a la atmósfera más de 50.000 millones de toneladas). Y aunque reconoce que, tal vez, todavía no tengamos toda la tecnología necesaria para llegar a tal fin, es probable que este obstáculo pueda solventarse en los próximos años, que nos darán nuevas herramientas para sustituir algunos de los focos de emisión por otras alternativas más ecológicas.
Por supuesto, el sector energético se encuentra en su punto de mira. El filántropo, que ya hace años que se centra en divulgar las ventajas de las energías limpias, considera que hay un déficit de energía eólica y solar, y no descarta sacar partido de la energía nuclear, aunque con un cambio de modelo. Por otra parte, parece haber abandonado, al menos en parte, la idea de un consumo más eficiente de energía, probablemente dado que entiende que pocas naciones (o sus habitantes) serán capaces de llegar a tal compromiso; por lo que la alternativa limpia será una buena opción, especialmente si permite que el consumo producido sea el demandado por los distintos actores, ya sean ciudadanos, industrias o países.
En definitiva, queda mucho por hacer y ahora es el momento de que diversos expertos den su opinión respecto de las propuestas de Gates. Por lo que parece, sus ideas no dejan a nadie indiferente; pero claro, eso no es nuevo tratándose de quien se trata.