Biblioteca al aire libre en un viñedo en Bélgica


Ya lo dice la famosa frase de Josef Beuys, todo es suceptible de ser arte, y así, en clave artística, es como Massimo Bartolini quiere que veamos la biblioteca que ha plantado en un viñedo belga.

Dejando de lado su valor artístico, algo subjetivo, lo cierto es que este conjunto de estanterías pintadas de verde hacen las veces de troncos y ramas, y que sus cientos de libros tampoco están calvos de hojas, ofreciendo un conjunto tan nutritivo o más que las uvas que dan las vides cultivadas siguiendo las mismas líneas, compartiendo campo.

Originalidad no le falta a la iniciativa, y tampoco puede negarse que sólo con ver las fotos dan ganas de extender una mantita y colocarse en plan picnic a leer un buen libro. Hay otra opción, y es la planeada por sus organizadores, que permiten que los leas libremente o, si lo deseas, que te lleves un libro a casa a cambio de un pequeño donativo. Una buena idea, sobre todo si empieza a llover y, tacita a tacita, hemos conseguido que las estanterías estén vacías.


El proyecto forma parte del festival de arte TRACK: a contemporary city conversation, celebrado en la ciudad de Gante, y pretende fomentar la lectura mediante este atractivo proyecto. En el terreno crematístico, también recauda dinerito para que tengan más recursos las bibliotecas locales colaboradoras con la donación de los libros.

Además de curiosa y sorprendente, como toda obra de arte, ésta tiene múltiples lecturas. Una de ellas es la increíble contribución que podríamos hacer al medio ambiente desandando el camino de la deforestación y devolviendo a sus orígenes los árboles talados y convertidos en tal o cuál cosa. No, claro está, a costa de la cultura, pero el mensaje llega igualmente.

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