Proteger la naturaleza es importante para mantener las especies de flora y fauna que habitan en las diferentes zonas y como reservorio de la biodiversidad, pero también lo es para descubrir que aparecen nuevas. Y una buena prueba de ello son las Islas Baleares donde un equipo de micólogos ha descubierto dos nuevas especies micológicas en tres espacios naturales protegidos de este archipiélago español.
Las nuevas especies
En concreto, una de las especies encontradas es la Pholiotina mediterránea, que fue recolectada por primera vez por los micólogos Joseph Lleonard Siquier y Juan Carlos Salom en el Parque Natural de Mondragó en el año 2004, aunque posteriormente se halló en la zona de s’Amarador y en Comú de Baix, el Parc Natural de s’Albuefera y en localidades de Ibiza y Formentera.
Este hongo es una seta esbelta y de pequeño tamaño con láminas y de colores marrones y acaramelados. Entre sus características también destaca su pie largo y fibroso y el anillo estriado en su parte superior, entre otros rasgos. Es una seta que tiene la particularidad de que fructifica sobre musgos xerófilos en comunidades vegetales de tipo mediterráneo tanto en dunas como en garrigues.
Para identificar esta nueva especie se ha extraído ADN de las muestras para ordenarlo y compararlo con otras secuencias que están incluidas en el GenBank, aparte de crearse un árbol filogenético. De momento, no se ha podido determinar de si es comestible, aunque se cree que, al ser una Pholiotina, es una seta tóxica y que incluso puede llegar a ser mortal.
El otro hongo es un Cortinaurius ortegae, que se halló por primera vez en el encinar de Gabellí Petit en el año 2018. Solo se ha detectado en esta finca y en el Racó de les Pereres de Valencia en 2015, también en otro encinar. Un entorno que es decisivo porque esta seta se asocia a las raíces de las encinas.
En este caso, esta seta es robusta y de color pardo-ocrácea aunque presenta tintes anaranjados y sus láminas son rosadas y lilas, entre otras características. Al igual que la anterior especie, todavía no se ha podido determinar si es o no comestible, aunque igualmente se sospecha que puede ser tóxica por ser una Cortinaurius.
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