Gran dique anti-tsunamis en Japón


El cambio climático conllevará desastres más severos y frecuentes: sequías, tormentas, huracanes, maremotos… En este sentido, Japón parece haber aprendido que tiene que estar mejor preparado para los próximos tsunamis. Por ello, ha construido un rompeolas artificial diseñado para evitar sus destructivos efectos.

La innovación está en que este dique de contención de las olas permanece sumergido en el mar hasta que sea necesirio su uso. Los maremotos se producen por un terremoto producido en mitad del océano o en un lugar a miles de kilómetros, lo que da tiempo a los expertos a saber que se aproxima y activar el mecanismo de protección.

Debido a esta característica de los tsunamis, que son predecibles, el nuevo dique puede estar sumergido y aparecer cuando más se necesita. De este modo, se permite la navegación marítima y no se altera el paisaje del mar. Cuando se produce una alerta de maremoto, el dique aparece, desde el fondo del mar, hasta alcanzar una altura de hasta 7,5 metros sobre el nivel del mar. En tal sólo diez minutos.

El nuevo ya se ha probado con éxito. Es un perímetro defensivo de 230 metros cerca del puerto de Shimotsu, una zona donde hay alto riesgo de tsunamis. Son pilares de acero que, una vez activado el mecanismo, se elevan gracias a un mecanismo que sólo usa aire: cuando se produce la alarma de tsunami, se bombea aire desde la orilla y se crea una bolsa de aire que empuja la columna de acero desde el interior.

Un proyecto a gran escala


Cuando el tsunami haya pasado, el aire se suelta y la columna defensiva vuelve a sumergirse. Un sistema que supone poco mantenimiento mecánico. Esta primera barrera es parte de un sistema mayor: un proyecto que requerirá una inversión de 730 millones de yenes (casi 8 millones de euros) que se prevé finalizar en 2020.

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