Más de un estudio ha puesto de manifiesto el impacto de la contaminación atmosférica en la salud de las personas, sobre todo, niños y de mujeres en estado de gestación. Son estudios que han constatado la relación directa con enfermedades de tipo respiratorio y también cardiovasculares principalmente. Ahora, una nueva investigación, ha constatado que igualmente impacta en la hipertensión, aumentado el riesgo de padecerla.
El estudio
La investigación ha constatado que la exposición crónica a las partículas del aire contribuye al riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, sobre todo, con la hipertensión.
Para llegar a esta conclusión, se ha evaluado el impacto de la contaminación por partículas en la incidencia de la hipertensión en España a largo plazo. Los investigadores han contado con 1.103 personas participantes en el estudio di@bet.es, de edades comprendidas entre los 18 y 83 años de edad, que tenían hipertensión al inicio, en el período 2008-2010, y que fueron objeto de seguimiento hasta los años 2016-2017.
A cada participante se le asignaron concentraciones de contaminación de aire por partículas, obtenido a través de modelos combinados con mediciones tomadas en estaciones de calidad de aire y durante este período se registraron 282 casos de hipertensión arterial incidente.
Los participantes también fueron sometidos a un reconocimiento médico en un centro de salud durante las fases del estudio y se les extrajo muestra de sangre. Además, cumplimentaron un formulario para obtener datos sobre la edad, sexo, nivel educativo, etnia, tabaquismo y consumo de alcohol, entre otras variables.
Según los investigadores, los datos obtenidos son consistentes con una gran cantidad de evidencia que sugiere que la contaminación del aire puede contribuir a la patogénesis de la hipertensión. Además, secunda que la contaminación del aire es la principal amenaza para el sistema cardiovascular.
El equipo
La investigación ha sido llevada a cabo por el CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga-IBIMA. También ha colaborado el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).
Artículos relacionados:
– Las ciudades más saludables de España
– Los bosques urbanos ayudarían a reducir el impacto negativo en la salud de población en las ciudades