Plantear que el cambio climático suponga un serio problema para garantizar los recursos alimentarios a la humanidad es ya un lugar común. En este post vamos a explicar por qué el calentamiento global perjudica la producción de alimentos, entre otros factores.
Son numerosos los estudios que ponen el foco en este problema, concluyendo que nuestra alimentación podría resentirse tanto en cuanto a su calidad como a su cantidad de seguir las cosas como hasta hora. En otras palabras, si el cambio climático sigue avanzando al mismo ritmo que hasta ahora y no cambiamos nuestros hábitos de consumo, el futuro pinta negro.
Más población, más desnutrición
Para entender esta situación hemos de tener en cuenta la presión a la que someterá a la agricultura y la producción alimentaria en general el aumento de la población mundial. Ello, unido a los devastadores efectos que producirán sobre los cultivos los efectos de los eventos extremos, cada vez más frecuentes e intensos.
Nos referimos a desastres naturales, olas de calor o, por ejemplo, sequías que se eternizan. Sus efectos negativos se traducirán en una situación difícil por una suma de problemas, como el aumento de refugiados climáticos, de hambrunas, carestía de alimentos y desnutrición.
Según un estudio de la Universidad de Oxford dirigido por Peter Scarborough, experto en salud pública, a finales de siglo el aporte calórico podría disminuir más de un 3 por ciento de media. Siempre que, como hemos apuntado, las temperaturas siguieran subiendo como hasta ahora, lo cual supondría un aumento en una horquilla de entre 2,6 a 4,8 grados centígrados de aquí al 2100.
Igualmente, este escenario traería muchas más muertes. De acuerdo con este mismo trabajo, el costo humano sería de más de medio millón de muertes como consecuencia de estos cambios dietéticos. Con especial incidencia en los países menos desarrollados.