Animales agonizando en los grafitis del artista Roa


Por mucho que las grandes empresas se empeñen en hacernos creer, mediante los millones que se gastan en publicidad, que se están convirtiendo en empresas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, la gran mayoría aún depende de que el ciudadano consuma más de lo que necesita (más de lo que puede resistir el planeta). Sus mecanismos publicitarios bombardean día y noche para intentar convencer de que hay que seguir comprando, haciéndoles más ricos a ellos y más pobre al medio ambiente.

Pero los ciudadanos preocupados por el futuro del planeta tienen sus propios canales publicitarios. Tan universales, en algunos casos, como la misma calle, las paredes de los edificios, muros en blanco donde dejar un mensaje de aviso, un mensaje ecologista. Así lo hace el artista belga Roa, que pinta grafitis de temática natural en las paredes de los edificios.

Pero no se trata de reflejar la naturaleza en todo su esplendor, sino, más bien, lo contrario: la naturaleza que sufre, que está a punto de morir, imágenes de animales agonizando, aplastados, un modo de obligar al espectador a que reflexione sobre el asunto. Los grafitis no están llenos de vivos colores, sino que están realizados en blanco y negro.

ROA comenzó pintando edificios abandonados, muros semiderruidos e instalaciones industriales que ya no se usaban en la ciudad donde nació, Ghent. También en el interior de esos edificios. Su estilo es inconfundible. Animales a una escala sobredimensionada. En la actualidad, su trabajo artístico (su protesta ecológica) se puede ver en varias ciudades del mundo y algunas galerías de arte exponen, en formato fotográfico, colecciones de sus grafitis. Nueva York, París, Londres, Colonia, Varsovia, Zaragoza, son algunas de las ciudades que albergan obras de este original artista belga. Tal vez, visionario. Quizá esté mostrando el futuro que nos espera. Si no lo remediamos.

Aquí se pueden ver algunas de sus obras.

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