La ciudad de Santander probará en sus calles un asfalto ecológico que promete. Y digo que promete porque todavía no se ha probado, pero de resultar tal y como se espera no habrá color con respecto al asfalto convencional: permitirá reducir su precio, el uso de recursos naturales para su fabricación y la emisión de gases contaminantes.
El prometedor asfaltado verde se realizará en un tramo de la Avenida del Faro, concretamente entre la glorieta de los Agustinos y el cruce con la calle Valdenoja, con unas obras que se llevarán a cabo antes de finalizar el año dentro del proyecto Greenroad, una iniciativa de la Universidad de Cantabria, el Ayuntamiento de Santander y la empresa Copsesa.
La comprobación del impacto ambiental y su evaluación técnica hasta agosto del 2015 permitirán sacar conclusiones acerca del rendimiento de las mezclas ecológicas (continua, discontinua y porosa) desarrolladas. Finalmente, si el resultado es satisfactorio se pretende implantar un plan de acción de compra pública de este tipo de asfalto y su exportación a otros municipios del ámbito europeo.
Ideas sostenibles
El proyecto se ha realizado con un presupuesto de 1,3 millones de euros y recibe una subvención de un 50 por ciento gracias al programa Life+, un instrumento de financiación que apoya ideas respeutosas con el medio ambiente que promuevan la conservación de entornos en Europa.
Dentro de la aportación universitaria, el protagonismo ha sido del Grupo de Investigación de Tecnología de la Construcción (Giteco), encargado de desarrollar las novedosas mezclas asfálticas.
Con este asfalto ecoamigable se ahorra un 20 por ciento de dinero y se utilizan menos del 10 por ciento de recursos naturales si lo comparamos con el asfalto tradicional. Entre otros materiales, su fabricación requiere de escoria de acero negro, residuos de molienda y caucho de neumáticos desechados.