Sin duda alguna, ésta es la lámpara más rara que he visto en mi vida. Ha sido bautizada con el nombre de Aura y es obra del diseñador Víctor Alexander Kolbig. Hasta aquí, nada extraño, pero empiezo a abrir la boca cuando veo que es una simple flor dentro de un vaso que se enciende con una luz LED de distintos colores simplemente cuando tocas sus pétalos o sus hojas.
Sólo con darle un apretoncito ocurre algo mágico, que si bien a la planta no le hará demasiada gracia, a buen seguro deja maravillados a propios y a extraños. Así, como puede verse en el vídeo, toquecito a toquecito la lámpara va creando atmósferas que parecen de auténtico cuento con sus distintas iluminaciones de colores.
¿Pero, dónde está el truco? Por suerte para los usuarios y para la misma planta, ésta no se encuentra conectada a la electricidad de forma directa, sion que está controlada a través de un módulo independiente.
Aura fue el trabajo realizado por Kolbig para su tesis doctoral en la Universidad HFG (Hochschule fur Gestaltung) de ULM en Alemania, que superó con éxito gracias a los resultados que ahora admira con gran sorpresa el mundo entero.
Su idea era utilizar las plantas vivas como interfaz para crear lámparas LED con programación controlada de un modo simple por los usuarios, y con el objetivo de crear diferentes colores y atmósferas. Por lo tanto, en vista de lo que puede hacer Aura, el objetivo está más que cumplido. Lo que no sabemos es hasta dónde puede llegar la paciencia de la planta, y si ella compartiría con Kolbig la idea de que darle pellizcos constantes es un modo de interactuar con la naturaleza. Seguramente, no, aunque veo difícil un plan de fuga para la pobrecita…