La idea es de un arquitecto francés llamado Patrick Nadeau. Hace tres años que habló de este edificio, La Maison Vague (la casa ola, en clara referencia a su aspecto). Muchos pensaron que nunca lo verían acabado. No tanto por las dificultades técnicas, sino por el diseño. ¿Quién iba a querer una casa sin techo? ¿Quién iba a querer que el tejado se uniera con el suelo? Se equivocaban.
Pero, ahora, viendo acabada La Maison Vague, parece que ha estado siempre ahí. Se funde con el paisaje perfectamente. Por un lado, este techo tan original sirve como aislante térmico para el interior. Por otra parte, la construcción casi no altera el medio ambiente que la rodea.
La Casa Ola tiene dos plantas. En la principal, están el salón, la cocina y un espacio multimedia que se abre al exterior gracias a muros corredizos. En la planta de arriba, hay dos habitaciones y un baño al que también se puede acceder desde el entresuelo. La estructura está hecha de madera, una parte mínima de hormigón y policarbonato para los muros exteriores.
El tejado tiene un sistema automático de recuperación del agua de lluvia que se usa para regar y para los baños. La cubierta vegetal ha sido diseñada con la colaboración de una firma de diseño de exteriores llamada Ecovégétal. Las plantas han sido elegidas según el clima y las condiciones del lugar y casi no requieren ningún cuidado. Entre otras, hay lavanda, tomillo y otros hierbas aromáticas.
Una casa que cambia de aspecto
Naturalmente, la casa va cambiando su aspecto exterior mientras se suceden las estaciones. No sólo sirve para que vivan personas. También es un microhábitat para insectos y pájaros.
El interior está diseñado para aprovechar al máximo la luz del sol. La decoración es minimalista y la separación de los espacios se hace en varios casos con plantas, colocando varias macetas en vertical.