Como es bien sabido, la bicicleta es igual a movilidad sostenible y también un medio de transporte saludable. Sostenibilidad y salud, una doble ventaja que conocemos por activa y por pasiva, al igual que otros muchos aspectos positivos como el ahorro, la facilidad de aparcamiento o, por ejemplo, su asequible precio.
Pero, además de ser un transporte barato, sano y eco-amigable, la bici nos brinda otras muchas ventajas que hacen de ella un medio de locomoción único, perfecto para cuidar el planeta y nuestra salud, al tiempo que podemos beneficiarnos de esas otras ventajas que hacen de ella un medio de transporte diferente a todos los demás.
La bicicleta te hará sonreír
A continuación, veamos cinco ventajas de la bicicleta que ponen una nota de buen humor y simpatía en nuestras vidas. Algunas son las de siempre, pero la interpretación es distinta, con lo que pueden parecernos más convincentes a la hora de animarnos a pedalear:
1. Te sentirás más vivo: Subirse a una bicicleta y pedalear es disfrutar también de otros sentidos: los pájaros piar, el lejano eco de un avión, el viento acariciándonos, el olor de la primavera, de ese horno que acaba de hacer pan, de ese aire puro después de la lluvia, de ese solecito…
Por otra parte, está claro que pedalear por una calle llena de tráfico, pongamos por caso, no es la mejor manera de sentirse vivo, pero incluso en estas situaciones límite la situación puede acabar siendo provechosa, pues seremos más conscientes del feo entorno en el que vivimos y tendremos capacidad de reaccionar. Consideraremos más necesario buscar lugares naturales para pasear en nuestros ratos libres o, todavía mejor, para pasar el fin de semana.
2. Te hace sonreír más: La bicicleta te saca del aislamiento del coche, del atestado bus y al pedalear tu cara está a la misma altura que las de los viandantes, con lo que se fomenta el contacto visual con ellos y con otros ciclistas.
A no ser que tengas un mal día o un carácter muy especial que te impida sonreír, en estas circunstancias sonreír y ser tú mismo será más fácil. Pero no solo porque fomenta la socialización y la amistad, sino también porque hacer ejercicio y, en suma, estar activos nos llena de endorfinas de la felicidad.
3. De vuelta a la infancia: Subirse a la bici es volver a sentirnos como un niño, incluso si de peques no tuvimos bici. El componente lúdico de la bici invita a la diversión, a la locura, a desinhibirse y dejar a un lado convencionalismos.
4. Quemas grasa, no gasolina: El ahorro de combustible es una de las archisabidas ventajas de la bicicleta. Al no tener que repostar estamos ganando peso en el bolsillo y perdiéndolo en esos pequeños o grandes michelines que se acumulan un poquito más arriba.
De este modo, ahorrar combustible supone ahorrar también en gimnasios y en cremas reductoras si pedaleamos de forma regular, siendo constantes y, por supuesto, llevando al tiempo una dieta equilibrada. En este caso, bien puede afirmarse que la bicicleta es un método perfecto para ganar donde conviene y perder donde hace falta.
5. Haces ejercicio alegremente: Pedalear es un saludable ejercicio aeróbico que no requiere de un esfuerzo excesivo, salvo si tienes una bici de marchas y te gusta machacarte o el terreno lo exige. Por norma general, la bicicleta es una manera de hacer ejercicio moderado sin agobios. No hay que estar yendo al gimnasio, no suele provocar lesiones, no te cansas y tampoco requiere ropa deportiva. Es fácil de integrar en tu día a día y mientras se practica se siente bienestar, como si estuvieras dando un paseo.