Cinco usos prácticos de los frascos de conserva

Envase conserva reciclado 2
En muchas casas, los envases de conserva de cristal suelen ir a la basura. Con suerte, van derechitas al contenedor verde y, si nos equivocamos, las lanzamos al amarillo (no es lo mismo vidrio que cristal), con lo que de un modo u otro nos quedamos sin darles una segunda vida que puede llegar a ser la mar de útil y decorativa.

En este post vamos a darte ideas prácticas para que puedas inspirarte a la hora de reutilizar los tarros de conserva. Apuesto a que no tardarás en inventar nuevos usos tirando de imaginación y de un espíritu eco-amigable siempre en pie de guerra.

Lo bueno de volver a usar los frascos de conserva es que resulta fácil aprovechar otros elementos de reciclaje que tengamos por casa, como retales, recortes de revista o, por ejemplo, nuestra propia cosecha ecológica, lógicamente para volver a usarlos elaborando conservas caseras.

Cinco ideas prácticas

A continuación, veremos cinco usos que van más allá del típico contenedor para guardar pasta, arroz o harina. Concretamente, veremos lo útiles que pueden resultar para hacer tus propias conservas, unos decorativos maceteros, velas recicladas aromáticas, bonitos contenedores e incluso una guirnalda de farolitos de auténtico ensueño.

1. Hacer tus propias conservas: Si aplicamos el método tradicional de elaboración de conservas caseras, los tarros son idóneos para volver a usarlos tal cual, e incluso podemos darle un toque bonito añadiendo un retal sujeto con una gomita y lazo y unas etiquetas decoradas de forma artesana. ¡El resultado puede ser precioso, ideal para decorar la cocina o tener una alhacena bien cuca, y también para regalar!

En el caso de hacer conservas de frutas o verduras, asegurémonos de que cierra bien y, por supuesto, también de cumplir el periodo de tiempo mínimo para lograr la esterilidad necesaria. También pueden ser de gran utilidad para hacer mermeladas, cerezas bañadas en licor o en almíbar (guindas), queso nadando en aceite de oliva con hierbas aromáticas, aceitunas y similares.

2. Decorativos maceteros: Aunque las macetas suelen ser más grandes, si la planta es pequeña y no necesita mucha tierra, los tarros de conserva son perfectos como semilleros o para convertir en decorativos maceteros, como puede verse en la imagen que abre el post. Si son de buen tamaño podemos hacer un pequeño invernadero o terrario y, en todos los casos, añadamos gravilla o piedras para el drenaje y hagamos un orificio con cuidado (no sin las herramientas adecuadas) y, si no lo hacemos, no reguemos en exceso para evitar que las raíces se pudran.

Envase conserva reciclado
3. Velas recicladas aromáticas: El reciclaje de restos de velas ya inservibles puede hacerse aprovechando los tarros de conserva de pequeño tamaño como contenedores. La imagen superior es una muestra de lo precioso que puede resultar, y por supuesto podemos añadir desde colorante hasta esencias aromáticas naturales para darles un toque personal.
4. Bonitos contenedores: Con un poquito de imaginación, un simple tarro de conserva se transformará en un contenedor único. Juguemos con las cintas de raso, con la decoración de etiquetas y con el contenido, que se verá a través del cristal para conseguir un resultado decorativo.
5. Guirnalda de farolitos: Ya sea añadiendo un poco de agua e introduciendo velitas flotantes o enlazando varias para que actúen a modo de pantalla de unas lucecitas o bombillitas. De nuevo, hay que ir con precaución si la electricidad está de por medio, por lo que si carecemos de conocimientos y experiencia, por mucho que la idea nos guste no hagamos nada de lo que podamos arrepentirnos.

En ambos casos, el efecto será espectacular cuando apaguemos las luces o simplemente dejemos que la noche suceda al atardecer. Ideales para ambientar una cena romántica, una velada íntima o una fiestecita. Así de sencillo y original.

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